R. Schumann
R. SCHUMANN: Obras para Piano. Maurizio Pollini. Dg 471 370-2
No hay duda de que el bizarro artista milanés se encuentra en su salsa en la apasionada obra schumaniana. El estilo del instrumentista ayuda a desentrañar la a veces abigarrada escritura del autor, a la que otorga una extraña unidad. La variedad de aconteceres y de expresiones líricas, las sombras y luces que adornan la famosa op. 16, nos son ofrecidos por Pollini con una limpieza exquisita y con una rotundidad y matización sólo al alcance de los mejores. Es cierto que en esta partitura no llega el italiano a las cotas de alucinación de un Sofronitski, pero su lectura, capaz de resaltar esos contrastes, que van de la agitación a la ensoñación, brilla a la misma altura que la de un Giesseking, un Horowitz o una Argerich. Esa mezcla de apasionamiento y firmeza, de arrebato trazado con cabeza fría, regula y centra a la perfección el mágico y fantasioso mundo de Schumann, presente asimismo en las versiones de las otras dos obras, menos conocidas pero igualmente denotadoras de la voluntad de poeta del autor.
No hay duda de que el bizarro artista milanés se encuentra en su salsa en la apasionada obra schumaniana. El estilo del instrumentista ayuda a desentrañar la a veces abigarrada escritura del autor, a la que otorga una extraña unidad. La variedad de aconteceres y de expresiones líricas, las sombras y luces que adornan la famosa op. 16, nos son ofrecidos por Pollini con una limpieza exquisita y con una rotundidad y matización sólo al alcance de los mejores. Es cierto que en esta partitura no llega el italiano a las cotas de alucinación de un Sofronitski, pero su lectura, capaz de resaltar esos contrastes, que van de la agitación a la ensoñación, brilla a la misma altura que la de un Giesseking, un Horowitz o una Argerich. Esa mezcla de apasionamiento y firmeza, de arrebato trazado con cabeza fría, regula y centra a la perfección el mágico y fantasioso mundo de Schumann, presente asimismo en las versiones de las otras dos obras, menos conocidas pero igualmente denotadoras de la voluntad de poeta del autor.