Contemporáneo de Arriaga, el barcelonés Carlos Baguer (1768-1808) es uno de los pocos representantes relevantes del magro sinfonismo clásico español. Para sus sinfonías, de corte casi camerístico, Baguer miró más al modelo germánico -Stamitz, Haydn, Mozart- que a la entonces imperante estética italiana. Todas ellas muestran exquisita factura y delatan una inspiración que si no es original sí resulta atractiva y muy comunicativa. Se trata de grabaciones ya algo añejas de 1985, por una Orquesta de Cámara Reina Sofía que suena francamente bien bajo la dirección de Gonçal Comellas. Claridad y limpieza presiden estas lecturas rigurosamente articuladas, en las que el pulso vibrante de los tiempos rápidos complementa la serena quietud de los reposados movimientos centrales. La desnuda escritura -muy reducida sección de cuerda: 2 oboes y 2 trompas- permite disfrutar de las cuidadas calidades con las que Comellas y sus músicos sirven las tres sinfonías.