Refrito de la soprano estrella de nuestros días a base de "propinas" o, como expresa el título, "bajo petición". Se abre con "O mio babbino caro" del Gianni Schicchi, cantado con mucho encanto y su personal y atractivo timbre. Luego alguna de las piezas se aparta del concepto que pretende presentar el disco, ya que a nadie se le pasa por la cabeza que el aria completa de Violetta en el I acto de Traviata pueda ser un "bis". Aquí deja caer alguna de sus carencias, la frialdad y el distanciamiento en la aproximación. Otro tanto sucede en el aria de La Wally. Tampoco es "Come scoglio" una pieza de lo más adecuada para su tipo de voz. Su "Casta diva" no reúne la plasticidad de Caballé, pero se deja escuchar, pero el aria a la luna de Rusalka es difícilmente superable.