W. A. Mozart
Las Bodas de Fígaro
24 junio, 2004 02:00Una rapidez casi de vértigo se establece, sin embargo, para otros momentos, como el finale primo, que corresponde a ese tipo de crescendo definido por Da Ponte en sus Memorias al hablar del imbroglio de un final de acto, que concluye strepitoso, arcistrepitoso, strepitosissimo. La ornamentación juega un papel importante. Es admisible porque no es muy profusa y se atiene a las reglas del buen gusto. Relevante es asimismo que se resalten, y bien, los ritmos de danza.
Sobre esta interpretación elocuente circulan unas voces que se pliegan al propósito marcado por el director. Simon Keenlyside otorga al conde finura y espléndidos resortes vocales. Véronique Gens delinea una Rosina refinada y calurosa. Patricia Ciofi, una de las revelaciones de los últimos años, encarna a una Susanna exenta de gangas. Plausibles los demás y estupenda la orquesta de época.