Los Conciertos en do mayor, Hob.VII.1, y re mayor, Hob.VII.2, escritos respectivamente en 1762-65 y 1783, para Joseph Weigl y Anton Kraft, ilustres instrumentistas de la orquesta de Esterháza, poseen importante entidad sonatística. Son ya muy conocidos, y muy bellos. El redactado también en re mayor, Hob.VII.4, ha resultado ser apócrifo -como otros cinco para distintos instrumentos-. No se sabe de qué mano procede. Aunque tiene elegantes líneas, queda lejos de la proporción magnífica de los otros dos. La tímbrica agreste de la Orquesta de Cámara Gustav Mahler, dirigida con contagiosa penetración rítmica por el joven Daniel Harding, empasta a la perfección con la sonoridad muelle, cálida y anchurosa del no menos joven Gautier Capuçon, que emplea un Goffriller de 1701. Frasea con irreprochable musicalidad y sortea con fortuna las peligrosas agilidades de los finale. En su contra, ciertas destemplanzas en la zona aguda. Como interpretación complementaria, la de Anner Bijlsma en un chelo de época (HM).