El lituano Julian Rachlin (1974) posee sonido fino, ataque preciso, fraseo elegante y equilibrado -en ocasiones ligeramente afectado-, técnica muy sólida y criterio musical. Cualidades que exhibe de nuevo. El Concierto nº 3 de Mozart se nos ofrece en una versión suficientemente alada y ligera, sin que se escapen los latidos líricos del Adagio ni la presteza de Allegretto final. El de Brahms está tocado con brío y gusto, quizá sin la incandescencia romántica a las que nos tenían acostumbrados los Oistrakh, Francescati, Milstein o, más modernamente, Vengerov o Mutter. Pero es una versión muy bien planificada y resuelta. Excelente apoyo -con estupenda introducción en Brahms- de la Sinfónica de la Radio de Baviera a las órdenes de Mariss Jansons.