Los Oficios de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria constituyen una de las cimas de la música polifónica del Renacimiento. Fueron escritos en Roma en 1585, poco antes de que el compositor abulense regresara a España, y constituyen un perfecto compendio de las doctrinas aprendidas en la capital italiana, donde Victoria pudo ponerse al día de la mejor música sacra del momento, así como una afirmación de las leyes de la Contrarreforma, a la que sirvió con una convicción aplastante.
La interpretación está absolutamente a la altura de la música. El grupo La Colombina, a las órdenes de Josep Cabré, combina el rigor estilístico, una absoluta limpieza de líneas y una perfecta afinación con una emoción interiorizada y austera que trasciende al oyente de principio a fin de la versión, resaltada por una toma de sonido de una deslumbrante claridad y a la vez muy cercana. Las intervenciones de canto gregoriano a cargo de Schola Antigua, que lidera Juan Carlos Asensio, son de una gran pureza. Todo ello hace que la monumental colección, que incluye un total de 17 piezas (entre responsorios, lamentaciones, motetes, Pasiones, himnos, un salmo y un cántico además de los improperios), resulte de una extremada variedad dentro de su homogeneidad y siempre en comunión con los textos de la liturgia a la que acompañan.

Esta grabación, efectuada en la Semana de Música Religiosa de Cuenca de 2004 para la colección "Los Siglos de Oro" de la Fundación Caja de Madrid, constituye una de las más importantes contribuciones a la discografía de la música española.