15 septiembre, 200502:00
José Luis Pérez De Arteaga
Hvorostovski/Temirkanov. Warner 2564 62050-2
En el programa de mano de este concierto de los "Proms" londinenses -24 de agosto de 2004-, Dmitri Hvorostovski decía que la sucesión de Sol naturales de El mariscal de campo Muerte, la última de las canciones de Mussorgsky, exige al solista estar en plena forma para cantar la pieza: el barítono siberiano lo estaba en ese día, como refrenda la audición del disco grabado en dicha sesión, y aportaba, además, a la mórbida Serenata el contenido talante melódico que la página pide. Por cierto, Hvorostovski se presentó en los "Proms" en 1993 con estos mismos Cantos y danzas de la muerte, entonces -dirigía Abbado- y ahora en la admirable versión orquestal de Shostakovich. Fue, en conjunto, una gran velada de música rusa, con Yuri Temirkanov en día de gracia a la hora de abordar ese "canto del cisne" orquestal que constituyen las Danzas Sinfónicas de Rachmaninoff, una obra que sólo los Kondrashin o Svetlanov, con mención honorífica para Previn, han sabido poner en pie, y que se desploma en manos de otros, pero que aquí se interpretó con grandeza, lirismo y vitalidad. La grabación, salvando las expandidas resonancias del Albert Hall, es brillante y detallista. Durando el CD menos de una hora, ¿no se podían haber incluido también los 16 minutos de las Danzas del Russlan y Ludmila de Glinka que abrían la actuación?