El majestuoso dominio de la voz que poseía el Prete Rosso, la administración de los efectos propios de la ópera seria, con una increíble riqueza expresiva, aun dentro de los rígidos da capo, queda de manifiesto en este espléndido disco en el que es protagonista una de las últimas revelaciones del canto, el contratenor francés Philippe Jaroussky, nacido en 1978, que muestra gran facilidad para las más espinosas fioriture, los saltos interválicos más sorprendentes y las frases de más encendido lirismo en unas páginas escritas con toda probabilidad para castrato, una voz sólo algo parecida a la de un contratenor. La de Jaroussky tiene timbre de soprano, es más bien clara y no específicamente bella, pero suena homogénea, está bien emitida y es extensa; incluso posee una vibración mayor que la que habitualmente anima la sonoridad de este tipo de voces. Encomiable la labor de los cuatro músicos que colaboran con Jaroussky, del Ensemble Artaserse. Tocan sus instrumentos de época con un ímpetu rítmico y un sabor sensacionales.