El nombre de Luis Mariano se ha hundido prácticamente en el olvido y las nuevas generaciones no tienen ni idea de quien fue aquel curioso cantante, fenómeno de masas en su día, que se dedicó a la opereta fácil y a la canción popular, bien porque la ópera le era reto harto complicado, bien porque tuvo la inteligencia de descubrir dónde se hallaba realmente su filón. Roberto Alagna dedica su nuevo compacto a temas popularizados por aquel a quien declara admirar. Si a Mariano no le acababa de encajar la ópera, a Alagna tampoco las piezas de Mariano, que aquél abordaba con mucho mayor desenfado. Hay un poco de todo, desde el célebre "C’est magnifique!", que da título a la publicación, al "I love Paris", así como las no menos célebres "La Belle de Cadix" o "Vaya con Dios", pasando por una "Zambra gitana" en un buen español, aunque quizá con demasiado énfasis en las erres, y de espectacular final.