Parece que a estas alturas todo debería estar dicho respecto a la interpretación de los cuartetos de Beethoven. Pues no es así. Lo que nos proponen estos chicos alemanes que componen el Cuarteto Artemis, fundado en 1989, es en cierto modo un nuevo acercamiento al músico: vitalista, vivo, ágil, muy contrastado, de restallantes sonoridades, que nos alumbran desde el mismo comienzo del nº 11, op. 95, en un concentrado unísono, ofrecido con singular violencia. Saben cantar admirablemente en el nº 7, op. 59/1. Grabación excelente, del verano de 2005. La de los Cuartetos 1 y 2 de Ligeti es anterior, del otoño de 1999, pero también se escucha estupendamente y nos ilustra acerca de los infinitos vericuetos de la escritura del octogenario compositor húngaro, en un lenguaje muy libre, iluminada por súbitos resplandores y milagrosos temblores. Obras alucinadas y alucinantes, servidas con la misma presteza con la que lo hacía el agresivo Cuarteto Arditti. Dos discos espléndidos.