El paso de este trío avanzado del jazz moderno por los 80 acaparó buena parte de la atención musical neoyorquina, gracias a lujosos padrinos como el baterista Bob Moses o los saxofonistas John Lurie y John Zorn. Todo ello no hizo más que afilar la creatividad de estos tres mosqueteros, cuya definición discográfica llegó con los 90 gracias a álbumes incendiarios que, no hace mucho, se recogían de forma abreviada en la compilación Last chance to dance trance (perhaps): 1991-1996 (Grammavision). Su jazz enraizado en el rock progresivo de los 70 adquiere adjetivos y elogios propios al proyectarse sobre los sonidos de la vanguardia, una fórmula que pronto cautivaría a los directivos del sello Blue Note, la actual casa del pianista y teclista John Medeski, el contrabajista Chris Wood y el baterista y percusionista Billy Martín. Aquí han firmado otro lote de excelentes álbumes (Combustication, Tonic, The Dropper, Uninvisible o End of the world party), que hoy son desgranados en este sincero y vibrante "best of".