En 2002 el director y musicólogo americano William Christie tuvo la idea de crear Le Jardin de Voix, una iniciativa que pretendía favorecer la expansión de las más jóvenes generaciones de voces dentro del repertorio barroco y clásico. Siempre de acuerdo con los presupuestos artísticos del conjunto fundado por Christie, Les Arts Florissants, una de las mejores agrupaciones de música antigua. Esos bisoños cantantes han salido ya al extranjero más de una vez. En una hornada precedente figuraba el barítono español Gabriel Bermúdez. En este disco conocemos a los recién llegados, a los que podemos escuchar, con el espléndido soporte orquestal comentado, en fragmentos de pasticcios, óperas y oratorios de Purcell, Mazzocchi, Rossi, Lambert, Charpentier, Campra, Haendel o Mozart; un amplio y ameno muestrario. De los siete solistas queremos destacar la limpieza, frescura, agilidad y extensión de la soprano Amel Brahin-Djelloul y la seguridad, densidad y afinación del contratenor Xavier Sabata. Los demás no pasan de lo discreto.