ángel Oliver Pina -desaparecido hace unos meses-, fue un músico serio, severo, organizado, excelente moldeador de la materia musical, que pasó por diversas fases a partir de su contacto con Petrassi y Porena y trabajó el serialismo, el modalismo y el atonalismo, a veces en paralelo. Las páginas programadas esconden una emoción de primer orden, sobre todo In memoriam ángel Arteaga, una suerte de tombeau, del que emana una nostalgia infinita. Epsilon es, al contrario, un divertimento lleno de inventiva, con lúdica inclusión de fragmentos de otras músicas (Danza china del Cascanueces de Chaikovski, por ejemplo). En Aproximación a un contrapunto de Bach muestra un notable dominio de la forma. Versos a cuatro es un ejemplo de radicalismo aleatorio (1976) y Soliloquio es un hermoso solo de oboe. Un disco necesario para poner en su sitio a un gran músico. Juan José Olives, al frente del Grupo Enigma, revela en estas interpretaciones sentir un amor especial por lo escrito. Todo suena cordial, sereno y dotado de especial penetración.