El Mozart de Karl Bühm… Hace treinta y cinco años, cuando se publicó la grabación de todas las Sinfonías mozartianas con el maestro de Graz, la primera serie completa del LP, este Mozart era Lex Suprema; tantas cosas han pasado desde entonces -Harnoncourt, Gardiner, incluso Pinnock o Kuijken- que el bueno de Bühm pareció arrumbarse en un "baúl de los recuerdos" musicológicamente rechazable, o sea, sin instrumentos originales, con orquesta moderna completa y sin contrastes dinámicos extremos. Pero estas grabaciones de televisión, efectuadas después de que Bühm completara su registro fonográfico, a partir de 1969, nos rescatan eso que hace años, en un programa de la cadena SER, Joaquín Turina Gómez definió como la faceta "curativa" de la manera de Bühm de hacer música: serena y hasta sonriente gravedad a la hora de abordar estas obras, infinita musicalidad, sabiduría reconcentrada de décadas, precisión de relojero y, como el mismo artista señalara, "infinito amor por Mozart". Hugo Kach firmó la mayor parte de las rectorías visuales, tanto en estudio como en la Sala Dorada de la Musikverein vienesa, con algunos instantes mágicos (Andante de la Sinfonía nº 1, el también Andante de la 29).

Son maravillosas las filmaciones de Arne Arnbom para un Bühm "juvenil" -75 años- en los estudios Wien-Film de 1969, con su inefable plató verdi-azul modernista, grabaciones que en España, años 70, pudimos ver en blanco y negro por la incipiente Segunda Cadena en una serie, llamada aquí "Dirige Von Karajan" (aunque por ella pasaran Kubelik, Bühm y otros), pero resulta ser joya de la corona el extenso documental sobre el director con entrevistas, ensayos y filmaciones, algunas desconocidas hasta ahora, en donde aparece en su esencia ese Kapellmeister a la antigua, especie hoy ya extinta, que Bühm encarnó.