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F. Martin
La vin herbé
28 junio, 2007 02:00
Frank Martin decidió en 1938 realizar un oratorio basado en la novela de Joseph Bédier sobre la leyenda céltica de Tristán e Isolda recogida por Gottfried de Strasbourg, que fue la directa y fundamental fuente de Wagner a la hora de componer su famosa ópera. Frente a la musculatura sinfónico-vocal del teutón, a sus armonías envolventes, a su riqueza instrumental, a su sensualidad casi enfermiza y también a su extática elevación, se coloca la mesura, la nitidez, la claridad, la transparencia, la finura discreta del suizo. A pesar de que en principio, Frank Martin no redactó más que la música de la primera parte, El filtro, se animó más tarde a ilustrar las otras dos, La Forêt de Morois y La Mort. El coro de cámara -magnífico el RIAS- actúa como conductor de la acción y combina con un fondo de ocho instrumentos -aquí los del Scharoun-Ensemble-, que varían hábilmente unas cuantas ideas temáticas. Martín no desdeña el empleo de series dodecafónicas, que mezcla mágicamente con sucesiones de acordes perfectos. David Reuss dirige estupendamente, mientras que la soprano francesa Sandrine Piau aporta le necesaria pureza vocal.
