Simon Rattle es un artista con ideas y con una enorme facultad de ver el interior de las estructuras y de sacar a la luz sus más íntimos recovecos dentro de un infalible olfato para equilibrar desarrollos y envolver las superficies de una grata sonoridad. éstos dos discos recogen recreaciones en vivo que respiran, que laten de vida desbordante, que nos prenden y nos contagian por su impulso, su sabor a veces agreste y su positiva contundencia, obtenidas a través de una formación evidentemente reducida. La ejecución de la Sinfonía nº 90 es una auténtica gozada, ya que Rattle emplea en el Finale -aunque ofrece también la versión alternativa- la posibilidad apuntada por el autor de engañar por dos veces al público haciéndole creer que el movimiento se ha terminado. Y el público berlinés pica y aplaude. No importa: esos aplausos forman también parte de la composición, como resalta el propio director. Y un ejemplo de transparencia contrapuntística es la maravillosa reproducción del Allegro inicial de la Sinfonía nº 91. El segundo cd se completa con una formidable y destacada interpretación de la Sinfonía concertante para violín, chelo, oboe y fagot.