Beethoven
Obra integral
15 noviembre, 2007 01:00En este reducido espacio no podemos hacer referencia a todos los títulos, tan sólo a los básicos. Las sinfonías vienen bien servidas por el templado y enérgico romanticismo de Masur y la Gewandhaus de Leipzig; los conciertos para piano por el equilibrio clásico de Gulda -del que se incluye su valiosa integral de las sonatas- y Stein, con la Filarmónica de Viena. Skrowaczewski y la Sinfónica de Minnesota despachan con brío las oberturas.
Las dos óperas de Beethoven, Leonore y Fidelio, tan íntimamente ligadas entre sí, se exponen en muy estimables versiones dirigidas por Blomstedt y von Dohnanyi. La Missa Solemnis está a cargo del competente Sir Colin Davis. Los cuartetos son cosa del sólido Guarnerius. Un clásico de referencia, no obstante, son las Sonatas para violín y piano, con dos artistas eximios como Grumiaux y Haskil.
Sería demasiado largo que relacionáramos las demás composiciones, menos relevantes y significativas que las anteriores, siempre servidas de manera competente. Entre las grabaciones legendarias que se albergan en los quince últimos compactos de esta integral de Brilliant figuran algunas creaciones de la importancia del Fidelio por Furtwängler, la Sinfonía Heroica por Klemperer, el Concierto Emperador por Furtwängler y Fischer, sonatas por Nat, Schnabel, Gieseking y Solomon, y, cómo no, la célebre Novena de 1951 por Furtwängler, en Bayreuth.