A pesar de su corta vida profesional, Eric Doplhy es aún un referente para entender el jazz a partir de los 60. Hoy su huella nos llega en las prolongaciones saxofonísticas de Anthony Braxton o David Murray. A su sonoridad personal y una concepción musical arrojada adelante, se le añade una autoridad compositora incontestable, como se evidencia en esta reedición de las Sesiones de Estocolmo, de 1961. Escoltado por músicos locales, Idrees Sulieman y Jimmy Woode, muestra la poderosa imaginación de su soplo, comprometido con el sortilegio de la creación espontánea. Con el saxo alto arrebata, con la flauta descoloca y con el clarinete bajo enamora. Además de temas propios, Doplhy hace grandes obras maestras como God bless the child o Left alone. Una ocasión para recuperar la memoria innovadora de este jazzista noble.