Domenico Scarlatti fue famoso sobre todo por su enorme colección de sonatas para clave que figura también en una de las últimas ofertas lanzadas al mercado por Brilliant. Hoy nos corresponde hablar de cantatas de cámara. Hasta 66 llegó a escribir entre los años 1699 y 1724 el napolitano. Una buena parte de ellas se encuentra en el códice que alberga la Biblioteca Nacional Austriaca de Viena, que es de donde provienen las grabadas en estos dos compactos. Reconocemos la sabiduría armónica y la variedad de soluciones temáticas, la finura de la línea vocal y establecemos relaciones con la escritura para teclado. En esta reconstrucción de Boccaccio y el Ensemble Seicento Italiano sostiene a la voz y a los prescritos dos violines un bajo continuo compuesto de guitarra o tiorba, chelo y, en algunos casos, violón. La música en este momento fluye, bien acentuada y coloreada. La soprano, Lavinia Bertotti, posee un timbre más bien gutural y no es un prodigio de precisión ni en la afinación ni en los adornos, sin embargo cumple. Cuatro de estas obras figuran en una grabación posterior, con mejor cantante (Patrizia Ciofi), de Alan Curtis y el Complesso Barocco.