Cuando un grupo vuelve a sacar un disco después de diez años de silencio la primera pregunta suele ser ¿por qué? En este caso concreto las razones importan más bien poco pero ya puestos, aunque sólo fuera para dar una lección a todos sus imitadores, este Third tiene sentido. El disco del que fuera el grupo insignia del trip hop más elegante vuelve con una carga de claustrofobia y casi podría decirse que del terror que siempre ha estado en Portishead pero que ahora queda totalmente al descubierto. En Silence, la canción que abre el disco, Beth Gibbons habla de que está "herida y asustada", algo que cuando sale de la boca de una cantante adolescente queda muy cool pero cuando la que lo dice es se acerca a los 40, empieza a querer decir que la cosa va en serio, que el ambiente oscuro de los primeros discos de Portishead no eran la coartada de un grupo de chicos campechanos que se hacían los tristes para vender. En canciones como We carry On, en la que nos hace pensar en grupos protoelectrónicos como Silver Apples, Whitenoise, Small o Machine Gun, nos demuestran que la mezcla de estilos (de la música marroquí al surf rock) es la mejor de sus bazas.