DG 476 4304

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  • En numerosas óperas de Vivaldi los papeles protagonistas estaban destinados a contraltos, antecesoras de las llamadas contraltos coloratura rossinianas. Nathalie Stutzmann ha hecho una selección de arias destinadas a estas voces o a castrati, algunas nunca grabadas. La cantante francesa da un curso de buen decir, con el estilo adecuado y manejando una voz penumbrosa y homogénea, de no mucho volumen, pero flexible. Sortea la difícil coloratura con destreza, sin caer en lo mecánico, descendiendo a las profundidades de un fa 2 (La gloria del mio sangue) o alcanzando con soltura un mi 4 (Gemo en un punto e fremo). Ataca las páginas de bravura con decisión y sabe acoplarse a las más íntimas. Lástima que se adhieran ciertas durezas de emisión y que la sonoridad se vea perjudicada por un incómodo vibrato. En los últimos años, Stutzmann ha creado su propia orquesta, Orfeo 55, que suena estupendamente, con calor, transparencia y exactitud métrica. La cantante-directora le da el impulso necesario.