Anemos C33011

En el arte de San- tiago Lanchares (1952) no faltan elementos procedentes de músicas exóticas, rasgos propios de una acendrada tradición europea y factores armónicos de rara exquisitez, que se integran de manera natural en discursos de atractiva sonoridad y de un discurrir melódico y rítmico que tiene anclaje en los pentagramas impresionistas.



Música rectilínea y enérgica que no carece en ocasiones de una delicada fragilidad, gracias al manejo de la resonancia como elemento expresivo, que combina, nos dice Téllez, el modalismo con una suerte de tonalismo libre. En las 13 piezas que constituyen el ballet Castor y Pollux, escrito para piano, vibráfono y marimba, se dejan oír efectos sonoros encantadores que nos envuelven por oleadas en una escritura que a veces nos hace pensar en Bach, otras en Debussy y también, a causa del juego de imitaciones continuas, en un peculiar minimalismo. El disco se completa con tres piezas pianísticas del ciclo Cuaderno de estilos. Soberana interpretación de los solistas, fabulosamente avenidos.