René Pape es, sin duda, uno de los mejores bajos de nuestros días, que ha brillado en un repertorio que abarca desde el Sarastro mozartiano hasta el Felipe II de Don Carlo de Verdi o el Boris Godunov de Mussorgsky, con el que viene de triunfar este año en el Met neoyorquino. En este recital wagneriano, el cantante alemán aborda los personajes de Wotan, Hans Sachs o Gurnemanz con un timbre de insuperable belleza, humanidad y nobleza expresiva y un cuidado en el fraseo casi belcantista, que, curiosamente, no está reñido con el estilo. Interpreta con no menos quilates la Canción de la estrella de Tannhäuser, confiada habitualmente a barítonos. Y se permite la humorada de la llamada del Sereno de Los maestros cantores. Excelente el idiomático acompañamiento de la Staatskapelle de Berlín en manos de Daniel Barenboim, que tiene ocasión de lucirse en la Música del fuego mágico de La Walkyria y los Encantamientos del Viernes Santo de Parsifal, al igual que el "cameo" de su amigo Plácido Domingo en la última obra del registro.
Wagner
René Pape. Berlin Staatskapelle. Daniel Barenboim
10 junio, 2011 02:00René Pape es, sin duda, uno de los mejores bajos de nuestros días, que ha brillado en un repertorio que abarca desde el Sarastro mozartiano hasta el Felipe II de Don Carlo de Verdi o el Boris Godunov de Mussorgsky, con el que viene de triunfar este año en el Met neoyorquino. En este recital wagneriano, el cantante alemán aborda los personajes de Wotan, Hans Sachs o Gurnemanz con un timbre de insuperable belleza, humanidad y nobleza expresiva y un cuidado en el fraseo casi belcantista, que, curiosamente, no está reñido con el estilo. Interpreta con no menos quilates la Canción de la estrella de Tannhäuser, confiada habitualmente a barítonos. Y se permite la humorada de la llamada del Sereno de Los maestros cantores. Excelente el idiomático acompañamiento de la Staatskapelle de Berlín en manos de Daniel Barenboim, que tiene ocasión de lucirse en la Música del fuego mágico de La Walkyria y los Encantamientos del Viernes Santo de Parsifal, al igual que el "cameo" de su amigo Plácido Domingo en la última obra del registro.