Hace unos meses comentábamos la recuperación en concierto de esta zarzuela de José de Nebra (1702-1768), estrenada en 1747 a raíz de su entrada al servicio del recién coronado Fernando VI, rey melómano, casado con la portuguesa Bárbara de Braganza. A partir de ahí, el compositor se centró en la música sacra.
El libreto se debía al dramaturgo Nicolás González Martínez, que se había basado en el drama mitológico clásico de Ifigenia en Táuride, de Eurípides. Se trata, resalta Emilio Moreno, autor de la recuperación, de una pieza que, como mandaba el género, alterna lo cantado y lo hablado, en inteligente combinación de elementos musicales españoles y foráneos. Junto a recitativos y arias da capo del más puro estilo italiano -algunas excesivamente largas y repetitivas- no faltan los detalles de seguidillas, villancicos y tradicionales cuatros hispánicos. La interpretación de esta joya revela la buena mano del conocedor y descansa en los timbres bien equilibrados de El Concierto Español y de un grupo de jóvenes voces, todas ellas ágiles y luminosas: María Espada, Marta Almajano, Soledad Cardoso, Raquel Andueza, Marta Infante y Carlos Javier Méndez.