Winter & Winter

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  • La partitura es muy abierta y deja libertad a los intérpretes para, sobre una construcción armónica muy sólida, propia del típico concerto grosso, dar rienda suelta a la imaginación, algo que derrochan a manos llenas los componentes de una ampliada Forma Antiqua. Los 16 instrumentistas conectan estas obras con el melodrama, lo que les da esa dimensión rappresentativa, esa apariencia teatral. La versión rezuma humanidad y sensualidad. Se respira cada frase en un acercamiento envuelto en sorprendentes sonoridades, en acentos perentorios, fulgurantes, en prodigiosos sforzandi que levantan del asiento, en furibundos ataques. Los lentos son escalofriantes por su sabor metálico, por su delgadez etérea. Los inclementes golpes de arco, las arridas de semicorcheas nos atrapan, lo mismo que el demoledor aire de danza. Los ritmos son implacables, martellatti, electrizantes. El concertino, Aitor Hevia, realiza una labor excelente, fundida con el tutti hasta extremos impensables, pero sin descuidar su línea, tan poblada de trinos, adornos, escalas y demás florituras vocales. El disco se completa con unas improvisaciones sobre los sonetos que impulsaron la música a cargo de la voz de Theo Bleckmann y el piano de Uri Caine.