La música de Jake Heggie es de una enorme eficacia y dramatismo, moderna de factura pero sin efectismos y sin traicionar el drama, que es, en resumen, el principal factor, sobre un estilo realista, pero en absoluto tópico ni facilón. Y la versión es sencillamente soberbia. Joyce DiDonato vuelve a demostrar su increíble versatilidad para pasar del belcanto al desgarro que requiere la religiosa que acompaña al condenado en sus últimos días y en cuyo estremecedor testimonio se basa la pieza. No le va a la zaga Measha Brueggergosman como su confidente, la hermana Rose, aunque el “bombón” es sin duda el personaje encarnado por Frederica von Stade, el de la madre del reo, Joseph De Rocher (en el que Philip Cutlip tiene la virtud de no provocar compasión). Una apasionante velada de teatro musical de nuestro tiempo.
Jake Heggie: Death Man Walking
Houston Grand Opera. Patrick Summers
20 julio, 2012 02:00La música de Jake Heggie es de una enorme eficacia y dramatismo, moderna de factura pero sin efectismos y sin traicionar el drama, que es, en resumen, el principal factor, sobre un estilo realista, pero en absoluto tópico ni facilón. Y la versión es sencillamente soberbia. Joyce DiDonato vuelve a demostrar su increíble versatilidad para pasar del belcanto al desgarro que requiere la religiosa que acompaña al condenado en sus últimos días y en cuyo estremecedor testimonio se basa la pieza. No le va a la zaga Measha Brueggergosman como su confidente, la hermana Rose, aunque el “bombón” es sin duda el personaje encarnado por Frederica von Stade, el de la madre del reo, Joseph De Rocher (en el que Philip Cutlip tiene la virtud de no provocar compasión). Una apasionante velada de teatro musical de nuestro tiempo.