Arturo Reverter
En su ya larga labor de recuperación de nuestro patrimonio, José Luis Temes se ha fijado ahora en las tres sinfonías de Tomás Bretón (1850-1923), un compositor que el gran público identifica siempre con La verbena de la Paloma. Se parte de la rigurosa revisión de Ramón Sobrino auspiciada por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales de Madrid. La Sinfonía n° 1, de 1872, esbelta y a veces grácil, se inspira en Mendelssohn y Schubert, aunque se ve ya la veta propia. El Andante nos trae a la memoria la Sinfonía n° 3 de Saint-Saëns (1886) y posee una fuga final muy bien hecha. La Sinfonía n° 2, de 1883, es de clara impronta beethoveniana y sigue las pautas de la Heroica. Muy bella y de hermosa línea melódica. La Tercera, de 1905, es transcripción de un Quinteto con piano. En ella encontramos aromas de las serenatas de Brahms. Temes y la Orquesta Sinfónica de Castilla y León hacen unas interpretaciones muy estrictas, claras y elegantes. Puede que algo rudas a veces. Publicación esencial.