El r&b de FKA Twigs y Jungle, el rock de Fink, el reggae de Hollie Cook y el romanticismo de Keaton Henson, poderío británico / Sharon Van Etten conmueve con su mejor disco / Buen rock americano: Benjamin Booker, A Sunny Day in Glasgow, Timber Timbre y el metal sigue en alza con Pallbearer

FKA Twigs. LP1. R&b/Trip hop

Cuando suenan los primeros acordes de Preface, primer tema del primer disco de la londinense FKA Twigs podríamos pensar que se trata de "otra mujer cantando con arreglos crepitantes" pero a medida que transcurre este disco grandioso vamos descubriendo que Tahliah Debrett (su verdadero nombre) tiene un talento fuera de lo común, no hace solo música "bonita", o es una copia más o menos acertada de Portishead (llegan a un lugar muy parecido aunque Twigs parte del R&b), posee verdadera emoción, tiene la extraña capacidad para crear belleza. Debrett, criada por una madre medio inglesa medio española "en medio de ninguna parte" en Inglaterra, comenzó como bailarina en vídeos de Kylie Minogue y comenzó a llamar la atención a finales de 2012 con su primer single, Water Me, un éxito en el underground londinense. LP1 alcanza cotas mágicas en canciones como Two Weeks y en todo momento sorprende y conmueve una paleta de sonidos complejísima, tan turbulenta como sofisticada y sublime, escuchen Pendulum o Closer. Tiene algo de Björk y algo de Beyoncé, es también una increíble performer e incluso coreógrafa y directora como prueba su trabajo con el colectivo de danza Wet Wipez. Una artista que sin duda ha llegado para quedarse.



Jungle: Jungle. Funk

Este dúo de Londres de nuevísimo cuño agita las discotecas con su primer álbum homónimo, un shock de funk posmoderno que recuerda al sonido de Studio 54 así como al futurismo de Giorgio Moroder con ese derroche de sintetizadores sin dejar de hacer un guiño a clásicos como Kool and the Gang o Fine Young Cannibals y no muy lejos del último disco de Daft Punk. Se llaman Josh Lloyd-Watson y Tom McFarland y son la sensación del momento gracias a una música llena de groove que suena al mismo tiempo moderna y clásica, algo más que un lavado de cara al funk de toda la vida con una veta acid que le da profundidad a su sonido. Es un disco apto para la fiesta que se escucha de maravilla en casa con canciones sensacionales como The Heat, Busy Earnin' o Lucky Go What I Want.



Sharon Van Etten: Are We There. Indie rock

Saltó a la arena a finales de la última década y desde entonces esta músico de New Jersey de 33 años ha publicado un disco al año en el que se ha ido superando a sí misma. Are We There es el mejor de los cuatro y desde la primera canción uno nota que Van Etten está dispuesta a darlo todo. Entre el espíritu rockero de rompe y rasga de Pj Harvey y el pop melodramático de Lana del Rey, Van Etten deslumbra con un disco de una sinceridad apabullante en el que la artista habla básicamente sobre el amor a partir de sus dudas, pérdidas y desnudando sus sentimientos más íntimos. Hay momentos bellísimos, como la jazzy Taking Chances, la delicada Our Love o la muy Velvet Every Time the Sun Comes Up, donde alcanza su punto más álgido.



Actúa en Gran Teatre del Liceu (Barcelona) el 10 de diciembre.



Fink: Hard Believer. Adult rock

Fin Greenall comenzó como productor de música electrónica y Dj a finales de los 90 y a mediados de la década pasada según confesión propia se "desilusionó" de la música de baile y cambió los platos por la guitarra y se puso a grabar discos de folk/rock al estilo Eels con su voz rugosa y guitarras turbulentas. Después de un disco en el que nada menos colaboraba con la filarmónica de Amsterdam, el británico entrega Hard Believer, en el que se hace acompañar por una banda compuesta por bajo y batería para crear un disco de rock crepuscular y "fumetas" al estilo de los que hacía The Beta Band. Es un disco austero y dramático, en el que se deja notar una querencia del blues, y donde Fink alcanza un sonido sencillo y grave.



Noura Mint Seymali: Tzenni. Folk/Mauritania

La música griot de los desiertos africanos regresa a primera línea gracias al talento de Noura Mint Seymali, hija de la célebre Dimi Mint Abba y superestrella en su Mauritania natal. El instrumento con el que aparece Noura en la portada es el ardine, un arpa de nueve cuerdas tradicionalmente tocado por las mujeres. En el disco canta y toca y se deja acompañar por la omnipresente guitarra eléctrica de su propio marido, Jeiche Ould Chigaly. Tzenni es un disco exuberante y vital que suena muy groovy.



Keaton Henson: Romantic Works. Música contemporánea

Depresivo oficial del reino, el londinense Keaton Henson nos maravilló el año pasado con Birthdays, un disco de canciones telúricas y delicadas reflejo de una insondable melancolía. Henson no da conciertos ni se promociona demasiado, lo que agranda su leyenda y le hace menos popular de lo que podría ser, pero compone mucho y unos meses después del último disco publica Romantic Works, un álbum en el que no canta y donde cual Schubert, se dedica a componer paisajes crepusculares que destilan un abisal romanticismo. Mucha cuerda y mucho piano en un disco precioso con bellos temas como el dramático Healah Dancing o la sutilidad de Earnestly Yours, donde el celo de Ren Ford es la guinda del pastel de un álbum donde Henson da un salto para pelear en la liga de Satie o Gorecki.



Pallbearer: Foundation of Burden. Metal

Cabe conceder al metal una capacidad para apabullar que probablemente no posee ningún otro género musical. Un buen disco de metal es como salir a la calle en un frío día de invierno después de haber pasado horas en una casa con calefacción, te deja tieso. Pallbearer son un grupo de Arkansas liderados por Brett Campbell que con su segundo disco ("los fundamentos de la carga") logran emocionar con una descarga guitarrera descomunal que en sus manos pasa del mero schock duro para convertirse en una obra de una sutilidad y delicadeza sorprendentes.



Hideki Kaji: Ice Cream Man. Pop asiático

Por motivos difíciles de explicar conocemos muy bien el cine asiático pero muy mal la música que se hace por esos lares. Hideki Kaji está saltando fronteras gracias a ese pop estilo piruleta que ya reconocemos como propio de la cultura japonesa. Ice Cream Man es un disco radiante y jolgorioso poseído de un espíritu irónico y fiestero que lo hace irresistible. Es una mezcla entre parodia y "tomárselo en serio" francamente divertida, con un toque oriental y pintoresco que recuerda un poco a aquellos Fresones rebeldes o la movida Elefant en versión nipona.



A Sunny Day in Glasgow: Sea When Absent. Pop-rock barroco

Este grupo formado por miembros que viven en distintas ciudades (Filadelfia, Brooklyn y Sidney) e intercambian música entre ellos por internet está alcanzando un gran éxito con un disco de texturas bizarras y atmosféricas en las que se dan el espíritu del shoegaze en versión deconstruida de My Bloody Valentine con la música abstracta de Animal Collective con quienes comparten un interés por los 60. De repente, hay canciones con trazos de hit como MTLOV, que casi podría ser de Haim, o excentridades como Never Nothing donde se acercan a la espiritualidad barroca de Linda Perhacs.



Benjamin Booker: Benjamin Booker. Rock/Blues

Apunten su nombre porque Benjamin Booker viene pisando fuerte y los aficionados al rock y el blues no deberían perderse a este recién llegado que demuestra trazas de aguerrido bluesman en su primer disco, no es casualidad que Jack White le haya escogido como telonero para su gira veraniega en Estados Unidos. Booker se ha desarrollado musicalmente en Nueva Orleans y su música es un regreso a las raíces de la música americana que suena fresco y lleno de energía, con bajos trotones y guitarras afiladas que por momentos lo acercan al rock duro.



Hollie Cook: Twice. Reagge/Pop

Cook es la hija del batería de Sex Pistol y es ahijada de Boy George. Mucho pedigrí para una artista con talento que comenzó cantando en los Slits (un grupo de glam pop) y debutó hace un par de años con un insólito álbum en el que se pasaba al reggae. Sigue por los mismos fueros en la continuación, Twice, un disco que ella define como "tropical pop" y que suena como una jam session entre Bob Marley y Saint Etienne. Elogiado por la revista Mojo como una de las grandes revelaciones del año, es un disco más sofisticado y logrado de lo que podría parecer detrás de esas melodías sencillas y juguetonas que podrían recordar a Lilly Allen. Muy bueno.



Timber Timber: Hot Dreams. Folk/rock

El folk americano sigue dando buenas noticias y los de Ontario Timber Timbre se inscriben en esa ola de folk romántico como el de Fleet Foxes y muy particularmente Lambchop, dibujando esos paisajes inmensos del continente con notas de misticismo bucólico. Hot Dreams recuerda a The National pero tiene la intimidad de Bill Callahan con una influencia marcada del jazz. Hay canciones muy bellas en este disco que gustará a los fans de Wilco, rock adulto de un preciosismo pastoril con grandes momentos como esa Hot Dreams que podría haber firmado Billy Joel o el dramatismo a lo Grandaddy de This Low Conmotion (¿America, no eras un milagro?, canta Taylor Kirk).