Berli Music / Fundación BBVA

He aquí la nueva aventura de la joven pianista donostiarra (1985), que no hace mucho decidió crear su propio sello discográfico. Tras sus CDs centrados en Schumann y en el pianismo español, irrumpe con éste, en el que se acerca a tres compositores enlazados por un especial entendimiento del sonido, por una impronta, un "aura" en la que la resonancia, el toque impresionista, antes y después de la letra, tienen su sitio.



Más allá de las cuestiones conceptuales y del tono etéreo del disco (que se presenta este martes, 21 en Madrid), lo que interesa es señalar lo cuidado de las interpretaciones. Las seis Consolaciones de Liszt suenan fluidas, tocadas de la gracia precisa. Excelente digitación la aplicada a Les jeux d'eaux à la Villa d'Este y bien atendida la indicación leggerissimo non legato. Las particulares sonoridades de las Estampas de Debussy, el uso del rubato y el juego ritmado de, por ejemplo, la toccata que es sin duda Jardins sous la pluie, o la impronta sinfónica de L'isle joyeuse, tienen su correspondencia, bien que aún falte en la artista esa total asunción y ejecución del ideal sfumato; algo que podríamos decir asimismo de las aproximaciones a las Impresiones íntimas de Mompou, que desearíamos revestidas de un mayor intimismo poético. Deliciosas las Escenas de niños. En cualquier caso, apreciamos siempre el toque fino, la nítida pulsación, la luminosidad penetrante de la intérprete.