Discos

Hip hop y R&B, calidad y popularidad

El gran éxito de Kendrick Lamar y el regreso de Dr. Dre abanderan un gran año para el hip hop, el R&B goza de calidad y se renueva con artistas como FKA Twigs y los fans del soul celebran grandes discos de Alabama Shakes y Leon Bridges

29 diciembre, 2015 01:00

2015 ha sido el gran año del hip hop. El rapero de Los Angeles Kendrick Lamar se ha erigido como gran protagonista con To Pimp a Butterfly, elegido como mejor disco del año en Pitchfork, Rolling Stone y The Guardian. De la misma ciudad, Vince Staples ha triunfado con su rap callejero, Miguel con su R&B lisérgico y el "padrino" de la música negra, Dr. Dre, ha regresado a la palestra tras 16 años con un homenaje a su barrio de la infancia. Ha sido el año también de otros MCs como A$AP Rocky, Young Thug, Rae Srummurd y la explosiva reunión entre Drake y Future. El R&B sigue triunfando en calidad y entre el público con lo nuevo de Janet Jackson, Kelela, The Weeknd, el hombre que más vende del mundo, y la gran renovadora FKA Twigs. También están de suerte los fans del soul con sabor añejo gracias a los grandes discos de Alabama Shakes y Leon Bridges.

Kendrick Lamar: To Pimp a Butterfly

El genio de Los Angeles ha superado las previsiones con un álbum en el que se muestra más político que nunca. To Pimp a Butterfly ("pinchar una mariposa") es un disco en el que sus propios tormentos personales (el rapero quiere ser buena persona y no siempre lo consigue, sufriendo especialmente porque se deja llevar por el rencor) se solapan con los de la comunidad afroamericana de Estados Unidos en una extraña y poderosa mezcla entre desnudez interior y panfleto político. Es un disco quizá desconcertante al principio en el que algunos hits (Kingta Kunte, The Blacker the Berry,...) conviven con canciones de rap puro y duro como Instituzionalized o These Walls, en la que se deja notar una gran influencia de los beats jazzísticos y sincopados de otro angelino de pro, Flying Lotus. Es un disco de vanguardia y al mismo tiempo una llamada casi desesperada al despertar de la comunidad afroamericana en la que hace una crítica a fondo de una estructura racista, así como a los suyos propios por dejarse seducir por los placeres más banales de la cultura de masas. Entre la experimentación y el clasicismo, Lamar se postula incluso como un nuevo Nelson Mandela e invoca el espíritu de Michael Jackson. Y va camino de igualarlos.



Alabama Shakes: Sound and Colour

Entre el blues y el soul, Alabama Shakes son una banda de Alabama que rescata el sonido de los grandes clásicos del sur de Estados Unidos con la cadencia dramática y lisérgica de un Ottis Reding y la profundidad espiritual y el groove de un Al Green sin renunciar a una producción exquisita y sutil de vanguardia con las filigranas electrónicas y crepitantes de FKA Twigs. Liderados por Brittany Howard, son inmensamente populares en América y es uno de esos grupos con aire retro y garra que gustan a todas las generaciones.

A$AP ROCKY: Long. Live. A$AP.

Más de una hora de buena música en este tour de force en el que el rapero toca todos los palos y los toca todos bien. Arranca con la espléndida Holy Ghost, en la que se acerca al soul e incluso al gospel y deslumbra con canciones como la bellísima L$D con ese falsete que pone los pelos de punta o la fastuosa Excuse Me en la que se mete en la piel de un pobre hombre agobiado por las deudas. El hip hop más cañero llega con canciones como Lord Pretty Flacko Jodye, en la que el Pretty Flacko, personaje que pulula por todo el disco cobra todo el protagonismo.

Drake, Future: What a Time to Be Alive

El canadiense Drake ya es el artista que más discos vende en Estados Unidos y sigue hiperactivo lanzando música al mundo como este What A Time To Be Alive creado mano a mano con Future, otra luminaria de la nueva hornada de raperos norteamericanos. Es un disco fantástico que encantará a los fans del hip hop porque es un verdadero duelo entre dos MCS en estado de gracia cuyos distintos estilos, el más directo y contundente de Drake con el más melancólico y 'fumeta' de Future conjugan a la perfección creando grandes hits como Big Ring en el que rapean sobre "¡Qué momento para estar vivo!".

Dr. Dre: Compton

El regreso del maestro de Los Angeles, a lo grande, con su primer disco en solitario en dieciséis años para celebrar el estreno en Estados Unidos de Straight Outta Compton. En este disco trata de "reproducir el contexto en el que surgieron esas canciones de N.W.A." y suena rabioso y contundente. Dre sigue expresándose a través de otros raperos como sus protegidos Kendrick Lamar (que participa en tres temas) o Eminem (a quien reserva una de las mejores canciones, Medicine Man) o viejos conocidos como Snoop Dogg. Hay ecos del jazz (Animals), el old school (One Shot One Kill) o la vanguardia (Genocide) en esta obra magna del rap.

FKA Twigs: M3LL155X

La británica FKA Twigs está dispuesta a convertirse en una figura central de la música y el audiovisual contemporáneos siguiendo la estela de Björk. Por eso su nuevo EP está acompañado de una imprescindible pieza audiovisual en el que se escenifican cuatro de sus cinco canciones. Dice la artista que el álbum está inspirado "en el dolor y la liberación del parto" y nos sorprende con unos clips provocativos cercanos al videoarte y la performance en los que FKA Twigs se convierte en una muñeca hinchable o vive un traumático parto. Termina con un desfile de modelos de estética ciertamente deslumbrante tras un track en el que se muestra a medio camino entre las Spice Girls e Iggy Azalea. Es sensacional.

Janet Jackson: Unbreakable

La más talentosa de los hermanos de Michael Jackson llevaba diez años de silencio que rompe con este disco que recoge el legado de su hermano, al que homenajea ampliamente, de forma que algunas veces uno casi tiene la impresión de que es un disco del propio Michael resucitado. De hecho, por momentos es difícil distinguir si canta Janet o el propio rey del pop, como en The Great Forever, en la que habla de la pérdida del mito y nos emociona con una gran canción. Jackson siempre ha sido una magnífica vocalista y se ha especializado en una mezcla entre preciosismo pop y R&B que proporciona grandes momentos al disco como la canción que lo titula al o No Sleep, la elegancia definitiva.

Kamasi Washington: The Epic

Durante casi tres horas el saxofonista Kamasi Washington entrega su obra más redonda y emblemática. No en vano llama al disco The Epic, un concepto que ilustra muy bien la ambición de lo que va más allá de un mero disco para convertirse en una bulliciosa, genial y derrochona sinfonía jazzística que remite a los grandes clásicos. Colaborador de Kendrick Lamar, Snoop Dog o Flying Lotus, Washington brilla por sí solo dejando de lado el hip hop para homenajear a los grandes nombres del jazz. Coltrane y Miles Davis vienen a la mente de forma inmediata cuando uno escucha, asombrado, los muchos logros de este disco realmente épico.

Kelela: Hallucinogen

En orden contrario, la estadounidense de origen etíope Kelele nos cuenta en su segundo álbum el desarrollo de una relación sentimental que empieza bien y no acaba tan bien. Y lo hace con un disco de poderoso R&B elegante y refinado que recuerda, modernizado, a los logros de aquella Sade que fue la reina de los cócteles. Empieza el disco con The High, en la que surge una pasión tórrida, prosigue con Rewind, en la que no puede dar marcha atrás en sus errores, y termina con A Message en la que canta: "Debería haberlo sabido mejor / Nunca te satisfice".

Leon Bridges: Coming Home

Los amantes del soul de la vieja escuela enloquecerán con este disco en el que el cantante de Texas recoge el legado de grandes leyendas como Otis Redding y Sam Cooke para regalarnos unas canciones que desprenden toda la sabiduría del clasicismo y la emoción de un músico con verdadero talento. Comienza el álbum con Coming Home, un éxito en medio mundo, y nos sigue seduciendo con guiños a los Muddy Waters como en la preciosa Lisa Sawyer para ir avanzando hacia el blues con reminiscencias rockeras de Jack White en temas como la magnética Flowers.

Miguel: Wildheart

Entre el R&B, el pop y el hip hop, Miguel ha logrado el mejor disco de su trayectoria con este fastuoso Wildheart en el que el cantante extraordinario que siempre ha sido (tiene una voz preciosa) se alía con unas canciones estupendas en las que demuestra todo el poderío de la música comercial de Estados Unidos de máxima calidad. Porque Miguel es un artista muy apto para todos los públicos y su música (aunque con un toque más R&B) no está tan lejos de la que hacen Justin Bieber o Britney Spears. Miguel los supera porque detrás de sus pegadizas canciones late una verdadera emoción como en esa Coffee en la que al mismo tiempo que nos hace bailar nos conmociona con los matices de una voz espectacular.

Rae Sremmurd: SremmLife

Los hermanos de Atlanta Khalif y Aaquil Brown han conquistado las listas de éxitos y las preferencias de los críticos con un disco de hip hop fresco y luminoso en el que renuncian a las grandes producciones tan habituales para realizar un disco de rap directo y mordaz que tiene algo de la melancolía de un Young Thug y mucho de la vitalidad analógica de los pioneros del género como Eric&Rakim. A veces tiene algo de hooligan como My X y otras se acercan a un sonido más comercial como en el mega hit No Type.

The Weeknd: Beauty Behind the Madness

Exito descomunal en todo el mundo, Beauty Behind the Madness más que un disco ha sido un acontecimiento con esa I Can't Feel My Face omnipresente. Abel Tesfaye (nombre real del artista) es un músico sensacional y más que una canción o un hit, The Weeknd es un sonido, una forma de entender el R&B muy particular en la que la clarísima influencia de Michael Jackson se une a una querencia por una electrónica sofisticada y elegante capaz de crear seductoras texturas que captan de manera sutil y precisa una modernidad que transmite al mismo tiempo glamour e incertidumbre.

Vince Staples: Summertime ‘06

La nueva lumbrera surgida de la rica escena de Los Angeles parece recoger el testigo de Kendrick Lamar para ofrecernos un retrato brutal y vibrante de las calles de su ciudad que parecen convertirse, literalmente, en música. El rapero da la impresión de trasladar a sus rimas el propio ritmo de Los Angeles, un lugar en el que las lindezas de la vida en California (sol, marihuana y playa) se solapan con la amenaza constante de las sirenas de policía. Hay mucho hip hop de la vieja escuela del bueno en este disco que recuerda al mítico Illmatic de Nas por su fuerza lírica. Atentos a la influencia hispana en las fantásticas Loca y Señorita o la magnífica base de la canción que da título al disco.

Young Thug: Barter 6

Después de una serie de mixtapes y colaboraciones con otros raperos como Killer Mike, el MC de Atlanta Young Thug firmó un contrato millonario con un sello discográsfico que cristaliza en este Barter 6, un disco insólito en el hip hop en el que Thug tiene una voz tan profunda y conmovedora que muchas veces da la impresión de que no está rapeando aunque en realidad no deja de hacerlo en todo momento. Conocido como Young Thug el "raro" porque su particular forma de cantar refleja a un ser inseguro cuando no paranoico y ultrasensible, al tiempo que su música es muy difícil de definir o de etiquetar. Young Thug hace hip hop emocional con querencia del dub y por momentos nos deja devastados como en la sensacional Numbers.

@juansarda