El violinista Daniel Pinteño, inquieto y activo en diversos frentes, es el forjador y director del grupo Concerto 1700, que cuenta con excelentes instrumentistas. El contratenor Carlos Mena, voz penumbrosa, cuajada de hermosos y sensuales armónicos, manejada con un arte verdaderamente exquisito, de dicción impoluta y rara afinación, es el solista vocal. Un profesional siempre a la búsqueda y captura de nuevas y novedosas piezas musicales.
Y vaya si lo son las cuatro cantatas de este disco, obra de Antonio de Literes, uno de los compositores más importantes de fines del XVII y principios del XVIII. Fue un músico muy admirado por personalidades de la época, así el Padre Feijóo: “Compositor de numen verdaderamente original, pues en todas sus obras resplandece un carácter de dulzura elevada, propia de su genio”. Las piezas, grabadas gracias a una Beca Leonardo de la Fundación BBVA otorgada a Pinteño, presentan a la vez rasgos italianos y franceses. Destaca la aérea coloratura de algunas arias, que siguen por lo general el esquema tripartito, aunque con sorpresas y curiosas repeticiones.
Muy hermosa el aria Pan de llanto y de dolor de la cuarta cantata y definitoria la que la cierra, Elévate a ese velo, en la que Mena dibuja bien los trinos y se adorna con gusto. En general la interpretación es vistosa, aunque el balance no sea siempre perfecto. Hay momentos en los que el tejido contrapuntístico no aparece claro o que la afinación no es absolutamente perfecta. Pero la labor de conjunto es encomiable, Pinteño da mucha ‘caña’ de la buena y los solistas de trompeta (Ricard Casañ) y oboe (Jacobo Díaz) son estupendos. Un aplauso para el trabajo técnico de Jesús Trujillo en una espejeante toma de sonido muy meritoria dada la nada grata acústica de la iglesia escurialense en que se ha grabado.