“Estamos inmersos en un mundo de hombres en el que Ariadna necesita encontrar la libertad”, declara la bailaora y coreógrafa Rafaela Carrasco acerca del estreno de su espectáculo Ariadna (al hilo del mito), que inaugura el Festival de Jerez en su vigésimo cuarta edición. Desde este viernes al 7 de marzo, la ciudad gaditana se convierte en la capital universal de la danza flamenca, en la que también están programados desde grandes conciertos de guitarra y cante hasta los apreciados cursos de baile, impartidos por profesores de renombre y a los que acuden alumnos de más de treinta países, además de exposiciones o talleres pedagógicos. En total, cuarenta y siete funciones en distintos espacios singulares, entre ellos, el Teatro
Villamarta, el Palacio de Villavicencio o los Claustros de Santo Domingo.
El Festival de Jerez, desde sus inicios, ha intentado ser un escaparate de la dinámica evolutiva del baile, lo que supone también una radiografía de su proceso creativo. Se está viviendo una auténtica edad de oro, con una generación preparadísima, de técnica brillante y una gran fuerza imaginativa. También es cierto que ha cambiado sustancialmente tanto la estructura conceptual como estética del espectáculo, y el festival ha sido un testigo privilegiado de su desarrollo, desde aquellas primeras puestas en escena que se limitaban a mostrar una serie de estilos sin conexión, hasta llegar a la actualidad con obras complejas pero asimismo coherentes, con montajes que están causando un verdadero impacto en los coliseos del mundo. Se ha conseguido unidad musical y alta calidad interpretativa, con fuerte carga simbólica en los planteamientos, pero también con una profundización en las propuestas que cuentan historias a través de las emociones, prescindiendo de esquemas argumentales para llegar incluso a la representación abstracta que busca eliminar los contenidos obvios para llegar a lo más profundo de la sensibilidad del espectador y activar otros sistemas de percepción.
Carrasco emplea la voz en off de Carmelo Gómez como hilo conductor y Miguel Ortega y Antonio Campos como cantaores
Pero el arte flamenco, que desde hace muchos años ha adquirido un considerable prestigio internacional, se revela hoy con una saludable diversidad, y el festival es la oportunidad idónea para tomarle el pulso a un acontecimiento que supone una experiencia tan sorpresiva como enriquecedora. “Usamos el mito de Ariadna para narrar diferentes estados existenciales del ser humano y su relación con las fábulas y con el sentido último de las leyendas”, afirma Carrasco, para explicar los cuatro tramos de su espectáculo: “Ariadna abandona sus sueños, abdica de su realidad y su vida por algo que termina en tragedia; después aparece otra realidad, la impuesta: es el patriarcado, como un dios: el trono, un mundo de hombres ante la soledad de Ariadna; la necesidad del amor, las diferentes formas de amar, el anhelo de lo que quieres conseguir, y, finalmente, el laberinto, la búsqueda interior, los miedos, la indagación en un universo onírico. Cada una de estas secuencias está acompañada con estilos flamencos ajustados a los diferentes momentos, para lo que cuento con un grupo de músicos magníficos: los cantaores Antonio Campos y Miguel Ortega y los guitarristas y compositores Jesús Torres y Salvador Gutiérrez, todo ello con el hilo conductor –y nunca mejor dicho– de la voz en off del actor Carmelo Gómez”, dice Rafaela Carrasco.
Dentro de la variedad que propone el festival, podemos encontrar un recital de El Cabrero, que se despide de los escenarios; la actuación de Rafael Riqueni, presentando Herencia, su reciente disco; Marco Flores estrena Rayuela, que según el bailaor “es una celebración y, a la vez, una reflexión donde concebimos nuevas dimensiones a lo largo de un recuento vital de mi camino como bailaor. Desde una mirada sobria, con un diseño que busca la esencialidad, pero cargado de matices y con un potente entramado musical, nos asomamos el cantaor David Lagos, el guitarrista Alfredo Lagos y yo, que nos fundimos para conformar un solo personaje”.
Arte impetuoso
Otros estrenos anunciados: Estirpe, de Antonio el Pipa; Lorca x Bach, de la compañía de Shoji Kojima; Ni tú ni yo, de Belén Maya y Juan Diego Mateos; Iberias, de Ángel Muñoz; o De lo Flamenco, un homenaje a Mario Maya, dirigido por Rubén Olmo con el Ballet Nacional de España. Manuel Liñán, premio Nacional de Danza y Premio Max, aparece en tres ocasiones, como artista invitado en el concierto del cantaor David Carpio, dirigiendo la gala Cádiz-Jerez, y presentando ¡Viva!: “Es un espectáculo que venía persiguiendo desde hacía muchísimos años, desde mi infancia, realmente. Siempre he querido manifestarme con cierta estética, pero con el paso del tiempo llegas a contaminarte socialmente y en determinadas circunstancias te sientes ridículo y apartado”, comenta el bailaor granadino de esa explosión de libertad que es ¡Viva!, una muestra de arte impetuoso, radical en sus planteamientos, pero con un humor efectivamente vivo y de gloriosa transgresión. “Es el momento de recuperar esos sentimientos infantiles, de ponerle cara a la mujer que llevo internamente, de vestirla y darle movimiento”.
Andrés Peña y Pilar Ogalla, estrenan Por cuatro reales: “Un giro peyorativo acerca del poco valor de una cosa, pero nosotros hemos querido jugar con la frase para elevarla a la consideración de excelencia artística, refiriéndonos a los cuatro ‘reales’ guitarristas que nos acompañan: Rafael Rodríguez, Miguel Pérez, Pascual de Lorca y Jesús Guerrero. El espectáculo es un enérgico retablo de ritmos, todos con una lógica narrativa a través de los distintos toques. Es un cuadro abstracto, donde el diálogo de las guitarras y los bailes van originando diferentes planos de colores sonoros”.