Un momento de Die Soldaten, uno de los seis estrenos de esta temporada en el Real. Foto: Monika Rittershaus / Opernhaus Zürich
Seis estrenos operísticos de autores como Mozart, Zimmermann, Britten o Kurt Weill, dedicados a ampliar el repertorio, son la joya de una atrevida programación que celebra los 20 años de la reapertura y los 200 de la inauguración del templo madrileño.
Este afán de ampliación del repertorio es una de las claves de la propuesta del director artístico Joan Matabosch, que asegura que "a estos seis estrenos se añaden una selección de títulos de los más popular del repertorio clásico, pero las novedades alcanzan un 66% del total. En este año de celebraciones mantenemos muy vigente el objetivo de que el centenario sirva para ampliar el ya nutrido repertorio del Teatro Real". Además de presentar las novedades venideras, Matabosch ha aprovechado para anunciar la incorporación del reconocido director italiano Nicola Luisotti en calidad de director asociado, "lo que no es más que un formalismo, pues Nicola ya lleva un tiempo acompañándonos. Aunque ahora se ha comprometido a tener una presencia estable dirigiendo al menos una ópera de cada una de las cuatro siguientes temporadas", explica Matabosch.
Según el director artístico, las novedades operísticas elegidas para este próximo curso comparten un rasgo común, "en algún sentido todas son obras fronterizas, que no se ajustan a los moldes clásicos o de género o de la propia ópera en sí misma", afirma. "Muchas son óperas muy poco representadas, incomprendidas en su día o demasiado complejas, pero cuya incuestionable calidad hace imprescindible el rescatarles y recuperarlas".
El primero de estos estrenos, que verá la luz a mediados del próximo septiembre, será Lucio Silla, la tercera ópera de Mozart, procedente del Liceu de Barcelona y creada originalmente para el Theater an der Wien de la capital austriaca. Escrita hacia 1772, durante un viaje del genio salzburgués a Italia, la ópera destaca por "la enorme exigencia de virtuosismo en las partes solistas, contando con algunas de las arias más difíciles escritas para la voz humana. Por eso es poco representada", explica el director. Se hace cargo de la obra el mismo tándem que acaba de triunfar con Rodelinda, Ivor Bolton en la dirección musical y Claus Guth, en la escénica.
El resto de las novedades ya pertenecen a fechas más cercanas, aunque comparten con la ópera de Mozart su relativa exclusión del circuito de representaciones o la polémica que generaron en su estreno. Es el caso de Gloriana, de Benjamin Britten, que se encuentra también en la frontera incómoda entre el compromiso con la celebración de la coronación de Isabel II de Inglaterra, en 1953, y el personal lenguaje dramatúrgico de Britten, cuya partitura fue incomprendida y marginada, pese a su indudable calidad artística. "No le perdonaron el hacer una ópera de Britten", explica Matabosch. "Plantear una reflexión sobre la soledad y las demandas del poder, presentar a una reina como Isabel I como una figura frustrada y contradictoria no fue bien visto por la Casa Real, que contrataron la obra para la coronación de Isabel II. Esto condenó la obra a un injusto olvido, porque es uno de los mejores trabajos del compositor británico".
Un momento de Lucia di Lammermoor, de Gaetano Donizetti. Foto: Robert Workman
También en la premisa de lo fronterizo se encuentra Street scene, de Kurt Weill, una creación basada en la obra homónima de Elmer Rice a medio camino entre la ópera y el musical que se estrenó en Broadway en 1947 y que desde entonces no ha vuelto a sus salas. "Es imposible para Broadway pero a la vez muy atípica para un teatro de la ópera, se diluye en la frontera de géneros", señala Matabosch sobre una obra considerada genial pero irrepresentable y para la que fueron creados los Premios Tony.Die Soldaten, clave del siglo XX
Matabosch destaca con especial hincapié Die Soldaten, de Bern Alois Zimmermann, una producción en la que forman equipo Calixto Bieito y Pablo Heras-Casado, que califica como "una obra clave en la historia musical del siglo XX que supone el mayor acontecimiento de la temporada". Poco interpretada por su extrema complejidad técnica, la obra "quiere representar como el ser humano es destruido por la influencia de la sociedad, y es un auténtico manifiesto en contra del teatro clásico ya que no muestra ni lugar, ni acción ni tiempo". Esta magna obra del siglo XX, que nació marcada por la imposibilidad de ponerse en escena dilatando los límites de la ópera, sobresale en una programación cuyo marco conceptual es, precisamente, la noción de límite, de frontera como lugar de indefinición y tránsito, clave en el devenir y evolución de los estilos, formas, estéticas y lenguajes artísticos.Ya del siglo XXI son obras como Dead man walking, que tras su estreno en el año 2000 ya ha pasado por 50 teatros internacionales, en lo que según Matabosch es "el impacto más importante del teatro musical americano desde West side story". Esta obra, de Jake Heggie, "explora medios no tradicionales y reflexiona sobre la influencia religiosa y sobre el poder redentor del amor". Además, el escenario del Teatro Real acogerá también El pintor, de Juan José Colomer, que debutará en la ópera con esta producción, con dirección musical de Manuel Coves y dirección de escena de Albert Boadella.
Junto a estas novedades, la temporada 2017-2018 contará también con títulos populares del repertorio tales como Carmen, de Georges Bizet; La bohéme, de Giacomo Puccini; Lucia di Lammermoor y La favorite, de Gaetano Donizetti; Ariodante, de Händel, y Thaïs, de Massenet (ambas en versión concierto); y Aida, de Giuseppe Verdi, que contará en la dirección musical con Nicola Luisotti y supone, en palabras de Matabosch, "un autohomenaje del Teatro Real, ya que inauguró la segunda temporada en 1998. Hugo de Ana, director de escena, escenógrafo y figurinista de la ópera, presentará una revisión de su creación anterior como un homenaje a la reciente historia del Teatro en el 20 aniversario de su reapertura".
Danza y conciertos
Como complemento al repertorio estrictamente operístico, el Teatro Real presenta una programación de danza compuesta por espectáculos protagonizados por cuatro compañías. El Víctor Ullate Ballet interpretará Carmen, con música de Georges Bizet y Pedro Navarrete, y el Ballet Nacional de España traerá su espectáculo Sorolla, con coreografías de Arantxa Carmona, Miguel Fuente, Manuel Liñán y Antonio Navarro y música de Juan José Colomer, Paco de Lucía, Enrique Bermúdez.Además, la Dresden Frankfurt Dance Company interpretará cuatro coreografías de Jacopo Godani y, como colofón, el Royal Ballet cerrará la temporada de danza con su nueva y esperada producción de El lago de los cisnes, con coreografía de Liam Scarlett. La música de Chaikovski será interpretada por la Orquesta Titular del Teatro Real en las seis funciones que suponen la primera representación de esta obra fuera de Londres.
Entre los conciertos destaca el ciclo Voces del Real, que supondrá el debut en este escenario de la mezzosoprano Magdalena Kožená con el concierto Amor: entre el cielo y el infierno; la soprano Patrizia Ciofi y la mezzosoprano Marie-Nicole Lemieux con arias y dúos de Gioachino Rossini; la soprano Angela Gheorghiu y el barítono George Petean con repertorio romántico y el codiciado tenor Jonas Kaufmann.
Completan la programación lírica los recitales protagonizados por Ute Lemper, con obras de Jacques Brel, Edith Piaf, Kurt Weill, Hollaender, etc... y Patricia Racette, que cantará temas de Cole Porter, Stephen Sondheim y George Gershwin. Finalmente, dos importantes orquestas invitadas, la Filarmónica de Viena, con Gustavo Dudamel, y la Orquesta Barroca de Friburgo, con Pablo Heras-Casado; y el pianista Lang Lang ofrecerán conciertos festivos en el Real, uniéndose a las celebraciones de esta temporada tan especial.