Esta noche sonará la Tosca de Puccini en el teatro del Museo Universidad de Navarra (MUN), en Pamplona, en la que es la primera producción operística que aborda la institución y que también podrá verse mañana.
Bajo la batuta del maestro Borja Quintas y con dirección escénica y dramaturgia de Liuba Cid, unas 150 personas, muchas de ellas estudiantes, participan en recrear la emotiva y melodramática historia de la heroína pucciniana, interpretada por la soprano venezolana Ana Lucrecia García.
Es arriesgada una producción de la dimensión dramática y la complejidad musical de este gran título del repertorio belcantista, pero, como explica Carlos Bernar, director del Campus Creativo del MUN, esta es la tercera gran producción que acometen: “Nos gusta apelar al talento artístico de nuestros estudiantes, que es la finalidad del Campus Creativo del MUN. En 2022 estrenamos la antología La zarzuela de los paraguas, con el mismo equipo en la dirección artística, y el año pasado Carmina Burana, que pudimos representar en el Auditorio Nacional de Madrid. Nuestra Orquesta lleva cinco años y también el Coro y creo que han alcanzado un nivel equiparable al de las formaciones profesionales”.
Esta no es una producción habitual en nuestro país, las universidades no suelen embarcarse en producciones líricas que exijan movilizar a tanta gente. En este caso, la ópera Tosca se apoya en la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Navarra, integrada por jóvenes estudiantes de distintas disciplinas que también son músicos o están en periodo de formación todavía. Como explica Bernar, “ensayan a lo largo de todo el curso de la mano del maestro Quintas y de otros profesionales de primer nivel para culminar su labor con actuaciones públicas”. La Universidad también cuenta con un Coro, que dirige Ekhi Ocaña, con voces exclusivamente de estudiantes que ensayan y reciben clases de técnica vocal durante todo el curso.
Ambas son formaciones de jóvenes universitarios como otras que funcionan en nuestro país de reciente aparición (se estima que actualmente hay en España una veintena de estas orquestas, integradas en la red Sinergia). Al equipo de Tosca se unen también alumnos del programa en Producción de Artes Escénicas de la Facultad de Comunicación y todos coordinados bajo el Programa Talento Artístico del MUN.
[Chopin, Sibelius y Beethoven, para escuchar entre líneas]
En Tosca colaboran también instituciones y artistas profesionales, como la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera (AGAO), facilitando la actuación de su prestigioso coro. También se ha recurrido a solistas internacionales para los roles principales de la ópera. Junto a Ana Lucrecia García, figuran el barítono hispano-peruano José Carlos Tello, en el rol del malvado barón Scarpia, y el tenor argentino Facundo Muñoz como Cavaradossi, además de otros cantantes.
La dirección, el diseño escénico y la dramaturgia la firma Liuba Cid, que, según cuenta, ha optado “por un espacio que recrea la Roma donde se ambienta la ópera con proyecciones de pinturas y arquitecturas inspiradas en una iconografía barroca, pero desde una mirada contemporánea. La idea es transmitir al público una experiencia estética que permita comprender la dimensión de esta gran tragedia romántica, la belleza y expresividad de la música, pero también los grandes conceptos humanos que fluyen en el libreto y la partitura”. El mismo Bernar, que es artista multidisciplinar, ha intervenido el suelo y los elementos corpóreos de la escenografía.
“El objetivo de producir este tipo de espectáculos escénicos es involucrar al alumnado de la orquesta, del teatro, del coro, del Plan de Formación Teatral, para que alumnos de distintas facultades trabajen en un único proyecto artístico. Creemos que esta fusión de talento es un valor único y enriquecedor en todos sus aspectos. En este sentido nuestra intención es seguir desarrollando un proyecto al año con posibilidad de poder llevarlo a otros lugares de la geografía española”, concluye Bernar.