Con ánimo festivalero

Espectáculo de Bartabas El centauro y el animal

Si las ayudas públicas son un pilar de la industria escénica, otro fundamental es el de los Festivales que organizan municipios y comunidades. Con presupuestos menguados, este año los programas son magros y hay una menor presencia de compañías internacionales. Los primeros en subir el telón son los dedicados al teatro clásico en Cáceres (comienza el día 15) y Alcalá de Henares (el 16); a los que sigue el Grec de Barcelona (17), centrado en teatro contemporáneo.

El 35 Festival Grec de Barcelona se publicita como el primer productor de espectáculos de Cataluña. Artistas, productores y propietarios de teatros se cobijan bajo su ventajoso paraguas, a diferencia de lo que ocurre en otros dominios, como Madrid, donde los empresarios del sector han conseguido trasladar de fechas un Festival como el de Otoño denunciando la "competencia desleal" que les ocasionaba.

En Barcelona el Grec programa en treinta salas, públicas y privadas, alargando así la temporada teatral durante el mes de julio. Son espectáculos seleccionados teniendo en cuenta el perfil artístico y social de cada espacio y que suelen permanecer en cartel (a excepción de las obras extranjeras) las cuatro semanas que dura el Grec, lo que es toda una rareza tratándose de un Festival. "Tiendo a proponer a los teatros una programación complementaria a la que suele ofrecer el resto de la temporada. Por ejemplo, este año coproducimos para el Lliure Tragedia, un poema visual sobre El nacimiento de la tragedia, de Nietzstche, que dirige Rigola", explica Ricardo Szwarcer, director de las últimas cinco ediciones del Festival y que se despide este año. "De esta manera", continúa, "el Grec tiene una oferta tan diversificada como los teatros y los públicos de la ciudad".

Con un presupuesto menor que el del pasado año (cuatro millones de euros que sufraga el municipio en un 97 por ciento), el Grec ha tenido que ingeniárselas para mantener su nivel de calidad . El pasado año vendió unas cien mil entradas, lo que se tradujo en 500.000 euros de ingresos.

El Grec impulsa en esta edición 26 coproducciones con compañías catalanas, y ha dado protagonismo a las de danza de Gelabert, Sol Picó, Mal Pelo, La Caldera, Andrés Corchero y Angels Margarit. Pero también hay obras teatrales como Contra la democracia (texto de Esteve Soler, en la sala Beckett), Desaparecer (con Juan Echanove y dirigida por Calixto Bieito sobre poemas de Poe), Julieta y Romeo (dirigida por Marc Martínes y en colaboración con el Teatro Español de Madrid), La nostra classe (de Slobodzianek y dirigida por Carmen Portacelli, sobre el odio racial y religioso en un colegio) o Luces de bohemia (dirigido por Oriol Broggi).

Igualmente participa en 28 coproducciones internacionales como La flauta mágica (de Peter Brook) o Sobre el concepto de rostro en el Hijo de Dios (de Romeo Castellucci ), ya vistas en Madrid en el Festival de Otoño. Figura un precioso espectáculo que aúna el circo con el musical y el teatro, Call me Maria, y que rinde homenaje a la Barcelona de los años 50; el monólogo Reglas, usos y costumbres de Jean Luc Lagarce (autor galo muy estimado que reescribe un manual de buenas maneras del XIX), y I am de wind (nueva entrega teatral de Patrice Chereau para dos actores). También La tossuderia, texto del argentino Rafael Spregelburd, dirigido por Marcial Di Fonzo Bo y Elise Vigier. El acuerdo al que ha llegado con el Instituto Francés permite que éste financie 14 obras de artistas franceses y otras de producción local a partir de autores galos y que conforman "Panorama Francia": el coreógrafo Phillipe Decouflé (con Octopus), las obras ya mencionadas de Brook y Chereau, y de los nuevos dramaturgos de moda promovidos en Aviñón como Olivier Cadiot (Un mage en été) y Joël Pommerat (Cercles/Fictions y Le petit chaperon rouge), además de Esperant a Godot (dirigido por Joan Ollé), son algunas de las producciones de este capítulo.

La mayoría de los espectáculos, incluso cuando llevan sobretítulos, se exhiben en catalán, con la excepción de los procedentes de Madrid como Todos eran mis hijos, con Carlos Hipólito y dirigido por Claudio Tolcachir, La caída de los dioses, con Belén Rueda y dirigida por Tomaz Pandur y Un tranvía llamado deseo, con Vicky Peña y dirigida por Mario Gas, tres espectáculos que curiosamente han sido exhibidos en el Teatro Español que dirige Gas. Otro de los elegidos ha sido Alfredo Sanzol y sus Días estupendos. Israel Galván y Rafaela Carrasco destacan entre los artistas flamencos invitados, además de una nutrida lista de músicos y cantantes de géneros diversos.