Esdena de Las meninas

La emigración o el éxodo, la violencia y el crimen organizado, la corrupción política y la Historia ... son temas recurrentes en el teatro mexicano actual. Es difícil ver el trabajo de compañías de ultramar en nuestro país, pero la feliz conjunción de varios festivales ha traído hasta aquí varias muestras de aquel teatro que parece disfrutar en estos momentos de una lozana salud y cuyos artistas muestran una gran inquietud por experimentar nuevas formas.



Un botón de muestra del pulso de la actual dramaturgia mexicana es el ciclo de lecturas organizado por el Centro Dramático Nacional, del 27 al 30 de octubre, en Madrid. Reúne cuatro voces distintas y que acumulan los premios más destacados del país azteca. Civilización, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, trata del proceso de corrupción de un hombre bueno y es, posiblemente, la más canónica de las piezas de este autor, muy prolífico, pues tiene unas 40 obras estrenadas. De Bárbara Colio, que ha residido en nuestro país y ha pasado por el Royal Corut Theatre (RCT), se leerá Cuerdas, en la que aborda la idea de la identidad cultural. En Ternura suite el autor Edgar Chías, curiosamente también vinculado al RCT, se interna en la historia de un visitante que abusa de su anfitrión para tratar la desigualdad social. Por último, Conchi León es también actriz y pedagoga, ha desarrollado una labor estimable con el teatro para niños. Todo lo que encontré en el agua es quizá la más lírica de las obras que se presentan.



Por otro lado, al Festival Iberoamericano de Cádiz acuden este año cuatro producciones mexicanas. Una de ellas, Las meninas, ya se ha visto en Madrid, en el Español, y nada tiene que ver con la escrita por Buero Vallejo, de título homónimo. Dirigida por Ignacio García, director patrio, el texto es del mexicano de origen chileno Ernesto Ayala, quien se pregunta por los orígenes del cuadro más famoso del Prado para darnos su parecer sobre aquel periodo histórico. "Es un ecléctico y disparatado texto, bien documentado en sus referentes y el conocimiento de la historia española del siglo XVII así como en el análisis de las luces y las sombras del reinado de Felipe IV", explica García. La producción, que se verá en Cádiz el día 26, ha sido una iniciativa de Dramafest, de México DF.



A Cádiz acude también, los días 27 y 29, Amarillo, del colectivo Teatro Línea de Sombra. Se trata de una asociación que surgió en Monterrey pero que se desplazó al DF en 1994. Reúne a creadores escénicos, pedagogos, investigadores y actores y cuenta con la colaboración de músicos, escenógrafos y artistas visuales. Firman sus piezas como colectivo. Les interesa el teatro como terreno fronterizo con otras disciplinas para abordar asuntos con una implicación social. Por ejemplo, esta obra aborda el éxodo de los mexicanos a Estados Unidos. Un hombre emigra a Amarillo, Texas, destino al que nunca llegó. Una mujer en la distancia reconstruye su cuerpo, su identidad, su probable itinerario. En esta misma línea hay que situar el trabajo de Teresa Margolles, que ha pasado recientemente por el Festival Sismo de Madrid, y que en Las llaves de la ciudad invita al propietario de un negocio de Ciudad Juárez a que cuente por qué ha tenido que cerrarlo.



Por último, a caballo entre el teatro documental y el de denuncia, se sitúa El rumor del incendio, por la compañía Lagartijas tiradas al sol, dirigida por Luisa Pardo y Gabino Rodríguez. Visitan el Temporada Alta de Gerona mañana y pasado. Con esta producción han investigado los movimientos guerrilleros que surgieron en México en los años 60 y 70, y que fueron duramente reprimidos. El hilo conductor es la historia de la activista Margarita Urías, pero lo que al grupo le interesa es mostrar la numerosísima documentación (cartas, fotografías, testimonios...) que obtuvieron.