Thiérrée en una escena de Raoul

James Thiérrée no necesita presentaciones en la capital catalana, ya encandiló al público de allí con un anterior espectáculo, La Veillée des Abysses. Lo presentó en el Teatre Nacional de Cataluña, donde actúa nuevamente, a partir del día 3, con Raoul, otra prueba de su capacidad para hacer espectáculos de una exquisita poesía y de una fantasía desbordante. El propósito de Thiérrée es crear belleza en el escenario, piensa que es la mejor arma para emocionar al público, para dejarle sobrecogido.



En Madrid, Thiérrée es más desconocido, nunca ha actuado. Este nieto de Chaplin y bisnieto de Eugene O'Neill, es hijo de Jean Baptiste Thiérrée, quien fundó en Francia junto con Victoria Chaplin, su madre, un circo de ensueño que hoy se conoce como Cirque Invisible. En él, James y su hermana se estrenaron con apenas cuatro años. Su hermana es Aurélia, quién sí actuó el año pasado en la capital española con un delicioso Oratorio que llevaba su nombre. El ambiente familiar le indujo al arte desde niño, pero ha completado su formación en algunas de las mejores instituciones: el Piccolo Teatro de Milán y el Harvard Theatre School, amén de haber trabajado con grandes directores de escena (Greenaway, Bob Wilson, Carles Santos...). Bestiario en marionetas.

A partir de los años 90 fundó su propia compañía, Compagnie de Hanneton. Ha realizado varios espectáculos, el último es Raoul, un solo de James, cuya única compañía en escena son un buen número de marionetas que imitan animales fantásticos -elefantes, cangrejos o medusas-, y que han sido diseñados por su madre Victoria, con la que suele colaborar asiduamente. Definido como una comedia visual, el argumento de la obra es impreciso. Thiérrée interpreta a una Pandora masculina que, impulsado por una irrefrenable curiosidad, abre la caja que le llevará hasta un mundo fantástico, peligroso, con guiños de humor. "Veo Raoul como una escultura móvil, con momentos cómicos", lo ha dicho. La prensa ha visto en su personaje a un soñador, un Quijote circense. Y él, acerca de sus pretensiones con este espectáculo, ha escrito: "Quería crear un personaje teatral en el sentido noble del término, es decir, intemporal. Pintura agrietada de un renacimiento. Ferocidad humana. Criaturas benevolentes y combates singulares, Raoul, espera una señal para marchar a la deriva".



Thiérrée domina extraordinariamente las técnicas del lenguaje teatral y circense. En escena ofrece una muestra de sus dotes para la acrobacia, el mimo, el circo y la música. Toca el violín, es capaz de dar vueltas con su cabeza en el suelo, anda con una escalera imitando a un gigante. ... Aspecto importante es la iluminación, obra de Jerôme Sabre, para producir la atmósfera tan poética que envuelve al espectáculo. También la música tiene un papel capital, mezcla fragmentos de Schubert con haikus, pero está diseñada para subrayar o enfatizar los movimientos de Thiérrée.



Estrenado el pasado mes de febrero en Dublín, Raoul ha girado por Europa y Estados Unidos, con críticas excelentes que informan sobre todo de la entusiasta reacción del público. Después de su paso por nuestro país, la compañía del artista viajará a Australia y Nueva Zelanda.