Ulises, de Bambalina, se verá en Teatralia

Desde el domingo y hasta el 2 de marzo Gijón acoge la Feria Europea de Teatro para Niños (FETEN), que siguen unos 25.000 espectadores. La cita congrega en la ciudad a 67 de las mejores compañías nacionales y extranjeras del género. Por otro lado, en la Comunidad de Madrid comienza el 2 de marzo la XXVI edición de Teatralia. Son dos atalayas desde las que evaluar el nivel artístico y tomarle el pulso al sector, amenazado por los impagos y la reducción de las campañas escolares. "Hay que inventarse otro modelo", dicen los profesionales, "y empezar a cobrar".

En los últimos treinta años el teatro para niños ha venido siendo, junto con la ópera, uno de los géneros escénicos que más ha evolucionado en nuestro país desde el punto de vista artístico. Así lo piensa Vicent Vila, director de la sala Escalante de Valencia, la única dedicada a producir y exhibir exclusivamente espectáculos para la infancia. Él cree que la naturaleza del género, "en el que confluyen todos los demás: el circo, la danza, la música, lo audiovisual, los títeres..., lo convierte en un laboratorio extraordinario". A falta de datos oficiales, Vila cifra en unas 500 compañías las que se dedican hoy al género en España. Una estimación que comparte TEVEO (Asociación de Teatro para Niños y Jóvenes), que asegura que de éstas unas 200 se dedican en exclusividad a los niños. Los datos hacen pensar en un alto grado de aficionados.



Junto a su evolución artística, algunas de estas compañías han destacado también por haber sido las primeras en el ámbito escénico en preocuparse por su audiencia, por conocer sus preferencias y adaptarse a sus edades. En definitiva, por crear afición. Hay que tratar con niños y éstos no perdonan. El error, dicen ahora algunas voces, ha sido ofrecer en la mayoría de los casos la gratuidad total de los espectáculos, al considerar que el género debía cumplir básicamente una labor educativa.



En ese error no ha caído la sala Escalante, que siempre ha cobrado las entradas (5 euros niños, 8 adultos). Este precioso teatro rehabilitado y sostenido por la Diputación de Valencia es una joya en pleno barrio del Carmen. Desde su fundación, hace 150 años, se ha destinado a espectáculos infantiles, lo que da muestras de la pasión de los valencianos por el teatro. Hoy, con un presupuesto anual de 600.000 euros y 70.000 espectadores al año, es el único del país que acomete grandes producciones para los más pequeños.El director cree que la crisis va a propiciar un equilibrio de taquilla si se facilita una gestión mixta de los espacios. "Los ayuntamientos acabarán cediendo sus teatros para que las compañías exploten directamente en ellos sus obras, lo que facilitará una relación mucho más directa entre el artista y el público".



No ha sido hasta los dos últimos lustros cuando los teatros, tanto públicos como privados, han abierto sus puertas a las audiencias infantiles, en algunos casos como una oportunidad para cuadrar sus índices de ocupación. Hace dos años se creó la Red Mira, integrada por una decena de espacios que venían programando con continuidad sólo espectáculos para niños. Cachés muy por debajo de los del teatro de adultos, espacios poco adecuados para la representación y la falta de formación son otras limitaciones a las que han tenido que hacer frente estos profesionales.



Asfixiados por los impagos



Ahora, a todos esos factores se suma la reducción de las subvenciones que afecta, sobre todo, a las campañas escolares, una de las principales vías de financiación de las compañías. "La crisis amenaza con destruir lo que tanto ha costado levantar desde hace décadas", advierte Mariam Osácar, directora de la Feria Europea de Teatro para Niños (FETEN), que comenta con preocupación la desaparición de una de las compañías históricas del sector, la zamorana Achiperre.



Osácar teme que sean muchas más las defunciones si las administraciones no pagan. En FETEN capean el temporal. Organizada por el Ayuntamiento de Gijón, la Feria sigue siendo el referente español del sector al que acuden este año 67 compañías europeas y españolas, que ofrecerán 450 funciones desde el domingo y hasta el 2 de marzo. Durante estos días la ciudad asturiana será una fiesta seguida por unos 25.000 espectadores. Allí acudirán programadores de todo el país para ver lo que dará de sí la próxima temporada. Pero, sorprendentemente, los organizadores desconocen el volumen de las contrataciones que se hacen o se preacuerdan. Sí hay datos de la rentabilidad de la Feria para la ciudad: un estudio de la Universidad de Deusto calcula unos beneficios de siete euros por cada uno de los 213.000 que gasta el municipio en el Festival .



Por otro lado, los premios que se otorgan a los mejores espectáculos y profesionales son un gran acicate para éstos y para la comercialización posterior de sus obras. "Es una apuesta a todo o nada", advierte Rosa Díaz, de la compañía La Rous, que el año pasado consiguió el premio de FETEN por El refugio. Le ha ido muy bien con el espectáculo, pero también recuerda los riesgos y peligros: "Para empezar, tienen que seleccionarte", comenta desde Granada la actriz y directora, en referencia a lo difícil que es llegar a la línea de salida de la Feria. A la edición de este año se han presentado cerca de 500 obras de las cuáles sólo 67 ha sido seleccionadas. Con todas ellas hay que competir a los ojos de los programadores.



Otro de los grandes festivales dedicados a este público es Teatralia de Madrid, que celebra su XXVI edición a partir del 2 de marzo y que se prolonga durante cuatro semanas. Sufragado íntegramente por la Comunidad, este año ha visto reducido su presupuesto a la mitad: 400.000 euros. A pesar de ello la muestra permitirá ver 20 espectáculos de gran calidad y de todas las disciplinas, extranjeros y nacionales. La peculiaridad es que Teatralia no sólo se celebra en la capital, sino que se extiende a 32 pueblos de la Comunidad. El pasado año congregó a 46.734 espectadores, entre las funciones para público general y las de campaña escolar. Tanto FETEN como Teatralia son dos atalayas desde las que disfrutar del trabajo de grandes compañías y donde los profesionales analizarán los retos del futuro.