Veraneantes, o cómo morir de éxito

Las giras venían siendo hasta ahora el medio que permitía a las compañías explotar sus producciones por la red de teatros de titularidad municipal. Pero las arcas de los ayuntamientos están vacías y el modelo de pagar un "caché" por función parece agotado.

Mañana se presenta en Madrid, dentro del II Seminario de Música y Artes Escénicas que reúne a programadores, managers y promotores de todo el país, la empresa Ataquilla.net. Se anuncia como "la primera red de teatros que programa sin cachés", es decir, sin pagar una cantidad fija a las compañías por actuación. La red busca integrar teatros de toda España, públicos y privados, de más de 400 butacas de aforo, que tengan un sistema de ticketing (venta de entradas por internet) que permita liquidar directamente a la compañía y con entradas a un precio "justo", entre otros requisitos. Ya se han unido diez teatros y unas 50 compañías.



La aparición de esta red es signo de los tiempos. Hasta ahora el "caché" era la fórmula más extendida entre la mayoría de los teatros públicos para la contratación de obras de teatro. De esta forma, las giras han sido en los últimos 20 años el medio de explotación de un espectáculo si sus productores conseguían entrar en los circuitos autonómicos y seducir a los programadores de los teatros, lo que no es poco. Un negocio dependiente de los presupuestos municipales, con entradas a precios irreales y sin riesgo para las troupes, que veían pagada su actuación independientemente de la opinión del espectador. "No se puede generalizar, pero en las últimas décadas ha habido una carrera por ver quién hacía la orgía cultural más grande", dice Rafael Zueco de Ataquilla.net, "El teatro de Tarragona pagó 250.000 euros por dos funciones de John Malkovich que vieron 800 espectadores. Y en El Egido programaron a los Rolling Stones, que luego anularon".



Este modelo se ha roto cuando los ayuntamientos han visto sus arcas vacías, y algunos hasta han dejado de pagar a las compañías. Ha habido productoras que no han podido hacer frente a estos impagos y han cerrado. Otras se mantienen, pero como explica Gonzalo Salazar-Simpson, de La Zona, "a veces es mejor no hacer una gira de cuatro o cinco bolos a caché, porque si no cobras uno, ya pierdes dinero".



Los productores conocen qué municipios son "morosos", pero no hacen públicos sus nombres. Hace unos meses, Miguel del Arco se negó a representar Veraneantes en León. No se fiaba de que fueran a pagarle el caché pactado. Por ello, muchas compañías han comenzado a exigir a los teatros públicos mecanismos que les aseguren que, una vez hayan actuado, les pagarán con la taquilla recaudada. Ha habido casos de teatros que se han quedado con ella y con la función sin liquidar.



La crisis ha reducido sustancialmente el número de contrataciones de los teatros públicos -"prácticamente a la mitad", informa la distribuidora Clara Pérez - y la calidad también se ha resentido con la entrada de compañías amateurs. Ahora se ensayan otras fórmulas de contratación: la mixta (asegurar una cantidad mínima a la compañía y pactar un porcentaje de los ingresos por recaudación) y la ya citada de "ir a taquilla".