Bruno Tamarit, Juan Mandli y Laura Romero en Hamlet, retrato de familia. Foto: Vicente A. Jiménez.
Los Teatros del Canal acogen, a partir del día 20, 'Hamlet, retrato de familia', una valiente actualización del clásico de Shakespeare a cargo de Ximo Flores en la que el Príncipe de Dinamarca asiste a los problemas que sufren los jóvenes de nuestros días.
La pieza sitúa en un primer plano el conflicto generacional y el sentimiento de parálisis de Hamlet como ejemplo paradigmático del joven perdido y desorientado. "En mayo de 2011 surgió, como todo el mundo sabe, un movimiento social impulsado fundamentalmente por gente joven que manifestaba su malestar -nos explica su director-. Antes de este estallido yo hablaba en la presentación de la obra de la ‘generación Hamlet', una generación de jóvenes paralizada, incluso desactivada, y totalmente al margen del devenir del mundo tanto en su vertiente política como económica".
Para Flores -que en la actualidad trabaja en una versión de El rey Lear- esta conexión entre actualidad y Shakespeare podría proporcionar la cartografía necesaria para encontrar el rumbo de esa nueva generación: "Creo que anhela una transformación social y que piensa que les han vendido un sueño imposible. Pero faltan las herramientas. Su parálisis es también la parálisis del príncipe de Dinamarca. Frente a esta desorientación, la certeza de que las respuestas de siempre ya no sirven". Ximo Flores -fundador del Teatro de los Manantiales que tiene en su haber más de una veintena de direcciones escénicas, entre las que destacan Escoptofilia, Ciudadano Sade, Makbet o Cíclido Amarillo- apuesta por las nuevas tendencias y la contemporaneidad más absoluta. Convendría matizar aquí el uso manido y reduccionista de la ecuación "actualidad=contemporaneidad" con la que algunos creadores suelen enfrentarse a los clásicos sin llegar a perforar en ningún momento en su esencia.
En esta versión el marco histórico es traído a nuestros días a través de la iluminación, el sonido, el vestuario, las proyecciones videográficas, la presencia de música en directo interpretada por el grupo Opus Nigrum -una banda neoclásica de toques oscuros y de un lirismo sobrecogedor-, pero muy especialmente a través de la interpretación de Hamlet como si de un joven de hoy se tratase. De esta manera, en Hamlet, retrato de familia el conflicto generacional que flota en la obra del bardo inglés se sitúa en un plano en el que Hamlet y Ofelia sólo son dos jóvenes atrapados en un mundo decadente y corrupto. Flores cree que de esta manera la conexión con el nuevo público será aun mayor: "La razón por la que creo que puede darse esta empatía tiene que ver con la elección del actor (Bruno Tamarit), que ha sido bastante radical: quería a una persona muy joven y sin experiencia. Con Ofelia (Cristina Esteve) me pasó exactamente lo mismo. Siempre me ha producido un cierto sonrojo ver a actores de cuarenta y tantos años haciendo este tipo de personajes. No me parece creíble. Creo que el drama de la obra llega así con bastante más claridad", explica el director. Este Hamlet es una pieza de naturaleza multidisciplinar que absorbe nuestra actualidad: el vídeo, el rock en directo o los nuevos lenguajes escénicos no hacen aquí sino abrir aún más los precipicios insondables del clásico de Shakespeare.