La Joven Compañía durante un ensayo de Fuenteovejuna. Foto: José Luis Collado.
La cantera teatral ha sido una asignatura pendiente de nuestros escenarios. Una más. Para romper la tradición llega desde Parla la Joven Compañía, que estrena el lunes en el Conde Duque Fuenteovejuna, primera entrega de su repertorio que nace bajo la influencia de otras formaciones como la NYT británica. El Cultural habla con sus responsables.
La Joven Compañía llega con un espíritu semiprofesional y un firme carácter filantrópico. Así lo explica David Peralto, su director artístico: "No se trata de una formación profesional, pues los actores y técnicos que la forman son chavales de entre 18 y 23 años que están estudiando alguno de los oficios que confluyen en una producción teatral (interpretación, dirección, escenografía, iluminación, comunicación...). Pero tampoco es una compañía amateur, porque participan profesionales que actúan como tutores de su trabajo. Para esta producción contamos con siete, entre los que figura José Luis Arellano en la dirección artística, los escenógrafos José Luis Raymond y Silvia Romero y Mar Zubieta como autora de las adaptaciones. Y pensamos incorporar a muchos más".
Peralto cuenta que La Joven Compañía no ha surgido de la noche a la mañana, sino que es la culminación de un proyecto larvado a lo largo de once años en Parla (localidad situada en el cinturón sur de Madrid) , cuyo origen fue la Muestra de Teatro de los Institutos.
Generaciones perdidas
Se trata de un pequeño festival al que se han ido sumando los ocho colegios de la localidad y en el que se ha implicado el profesorado de Lengua y Literatura para guiar a los alumnos en las producciones escénicas. La creación, posteriormente, de la Escuela Municipal de Teatro de Parla, donde surge una compañía con chavales de 15 a 21 años, fue el precedente inmediato de esta empresa. Peralto es profesor de Música de Secundaria y a lo largo de los años se ha involucrado en varias iniciativas dirigidas a atraer a los jóvenes al teatro, como la ópera Cenicienta, El pequeño deshollinador o las cantatas escénicas La balada del regreso y Alboradas. Dice que le preocupa "la desafección por el mundo de la cultura que hoy se palpa" y habla de "las generaciones de jóvenes que el teatro español ha perdido por no prestar atención a este segmento de la población". Y añade: "Los países que tienen un público teatral más joven son precisamente los que han animado la creación de compañías de teatro profesionales dirigidas a adolescentes". El país que más ha estudiado este fenómeno es Reino Unido. Ahí está la experiencia de la National Youth Theatre (NYT), cuya organización inspira el proyecto madrileño.Esta compañía británica de jóvenes actores es la más antigua del mundo. Se fundó en 1956 y en ella dieron sus primeros pasos intérpretes hoy célebres como Hellen Mirren, Daniel Day-Lewis, Daniel Craig, Derek Jacobi, Rosamund Pike, Orlando Bloom... La lista es muy larga. El pasado año recibió más de 4.500 solicitudes de chavales de todo el Reino Unido para participar en la audiciones que convocan y para los cursos que organizan. Viene a producir unos cuatro espectáculos por año, algunos de tanto éxito como Tory Boyz, pero en su repertorio conviven clásicos, en adaptaciones para un público adolescente, y obras contemporáneas que encargan a autores consagrados.
Un repertorio variado
También La Joven Compañía aspira a mantener un repertorio variado. Han empezado con Fuenteovejuna, de Lope de Vega, siguiendo una adaptación de Mar Zubieta. "Es una versión muy ágil, con mucho ritmo. Estoy convencido de que la energía que ellos muestran en escena conectará con el público", explica José Luis Arellano, uno de los promotores de esta empresa y director del espectáculo.Arellano también tiene una larga experiencia con adolescentes. Es el director de la Escuela Municipal de Teatro de Parla, desde donde montó el pasado año Invasión, de Guillem Clua. "Fue un encargo que le hicimos a Clua y que funcionó muy bien. Ahora queremos retomar aquella producción a partir de enero en el Conde Duque, y después contaremos también con una pieza de José Manuel Mora que ha escrito para nosotros: Superhéroes, con el que cerramos nuestra presencia esta temporada. Queremos animar a los autores contemporáneos a escribir obras para un público joven".
El modus operandi de la Compañía se asienta en dos pilares: el artístico y el pedagógico. Dos aspectos interdependientes y en los que el equipo se implica por igual. Una vez que la función ya está encarrilada, se organizan reuniones con profesores de Lengua y Literatura de Secundaria y Bachillerato para dar a conocer el tipo de espectáculo que se ofrece. La Compañía sabe que el éxito de su labor depende en gran medida del grado de implicación de estos profesores y, por ello, ha confeccionado unas guías didácticas (elaboradas por enseñantes de Parla), diseñadas para los distintos perfiles del profesorado. Si el colegio se anima a contratar la función, puede solicitar también un encuentro de los actores con los alumnos en el centro educativo. La función se exhibe en el Conde Duque, en matinés dentro del horario lectivo, y tras ella se organiza un coloquio de media hora con el equipo artístico y técnico. "Me encanta ir por los colegios explicando a los chavales la obra que representamos y sus atractivos. Noto que nos llevamos pocos años con los alumnos, que la barrera generacional casi no existe y que podemos ejercer una mayor influencia para animarles a que vayan al teatro", comenta un actor, estudiante de la RESAD, en el receso de un ensayo. Además, una joven actriz añade: "En el caso de Fuenteovejuna, somos más fieles al espíritu de la obra de Lope que si la interpreta un elenco de otra edad. Somos jóvenes, igual que los personajes que Lope ideó, y por eso creo que podemos transmitir mejor sus pulsiones".