Los personajes de Famélica nacieron en la sala de ensayos

Famélica nace del diálogo entre su director Jorge Sánchez, su autor, Juan Mayorga, y los actores que forman parte de La Cantera, compañía que llevará la obra al Teatro del Barrio (a partir de este sábado, 16) y al Lara (desde el jueves, 21). Este equipo escénico ya había conectado con Mayorga para incluir un texto suyo de Alejandro y Ana en el espectáculo Ocupa Madrid. "Empecé entonces a darle vueltas a una idea que venía mordiéndome desde hacía tiempo -explica a El Cultural- y que me parecía apropiada para un grupo tan audaz". El proyecto se desarrolló con un método especial. El autor les pasaba textos y la compañía le "devolvía" ensayos. Trabajaban sin conocer el arco completo de la obra, una perspectiva que el mismo Mayorga ignoraba. "Ensayaban sin saber hacia dónde iban sus personajes. Sólo con actores muy cómplices y generosos es posible elaborar algo así", añade.



En Famélica un empleado de una empresa es invitado a integrarse en una red secreta de mutua protección que han creado otros trabajadores y a la que llaman ‘comunista'. El juego que propone Mayorga es que cada uno de los miembros -entre los que encontramos desde un chófer a un miembro del Consejo de Administración- pueda consagrarse a lo que realmente les importa, a su pasión, sin que su nula y escasa dedicación a la empresa sea detectada por nadie. El trabajador empieza tomándose a broma la propuesta pero poco a poco irá descubriendo que es algo muy serio e incluso peligroso.



Para Mayorga, los personajes levantan una pequeña mentira sobre esa gran mentira que es, según ellos, la empresa de la que son asalariados: "Creen estar cargados de razones para hacerlo y se llaman a sí mismos ‘comunistas'. Y cantan La internacional aunque no están seguros de si deberían cambiar la letra, empezando por la estrofa que incluye famélica legión".



"El mundo de la empresa -añade el autor de Reikiavik- está lleno de mentiras y de mentirosos, empleados que, para defender su puesto de trabajo, tienen que ocultar que aborrecen lo que hacen, directivos cuya principal ocupación es ocultar que carecen de la capacidad necesaria para dirigir nada". Nieve de Medina, Juanma Díez, Xoel Fernández y Rulo Pardo componen el reparto de este montaje que denuncia un mundo en el que todo es una mascarada. El espectador será el encargado de dilucidar si se parece en algo a su experiencia cotidiana. "El modo con el que hemos trabajado ha hecho que los actores tengan una relación muy íntima con sus personajes, que han crecido en la sala de ensayos casi al mismo tiempo que en el papel. La puesta en escena de Jorge Sánchez, muy imaginativa, está basada en el buen hacer de estos cuatro grandes actores".



Poco a poco, Mayorga va sacando conclusiones desde los planteamientos argumentales de Famélica. Reconoce que no es sociólogo y que sólo puede hablar desde su percepción de lo que vive día a día: "Tengo amigos a los que el desempleo y el subempleo está influyendo en su salud y autoestima y les impiden hacer planes incluso para un futuro inmediato". Quizá por eso el dramaturgo se atreve con un diagnóstico de la situación financiera actual: "El pronóstico marxista de la concentración de capital no ha dejado de confirmarse. Cada día, más poder económico -y, por tanto, más poder político- está en manos de menos gente. Pero, al tiempo, hay cada día más personas, poco dóciles a la propaganda, a las que escandaliza este estado de las cosas injusto, irracional y corregible. Tengo la sensación de que vamos hacia un tiempo de grandes conflictos".



Así es que llegado a este punto, para el autor de La lengua en pedazos, el encargado de poner las cosas en su sitio es el teatro: "Creo que su finalidad actual es decir la verdad. El teatro es menos dependiente del poder económico que otros medios de representación porque sus necesidades son menores. También por eso es mayor su responsabilidad".