Manel Dueso y su Plató ha mort (Platón ha muerto) es uno de los títulos que abre, este sábado, 3, una nueva edición de Temporada Alta. Dueso (Sabadell, 1953) rescata esta obra de 1996 -premio de la Crítica Teatral de Barcelona de ese año junto a otro texto suyo, Sara i Simón- por entender que vivimos en una coyuntura de regresión y convencionalismo cultural: "Me parece importante recuperar, de forma visceral, un texto mucho más arriesgado ahora que hace veinte años. ¿Nos estamos convirtiendo en cangrejos?", señala a El Cultural.



El autor dirige e interpreta además, junto al joven Dobrin Plamenov, un montaje que quiere recuperar la poética en el teatro: "Reivindico mi esquina y genero mis proyectos fieles a un ideal. Como dice el dramaturgo argentino Mauricio Kartum, debemos recuperar la poética del teatro. Y escupir la banalidad, añadiría yo. Desde un lugar irónico y tangencial la obra quizás hable de nuestra crisis y de otras crisis. En este mundo, la sociedad poderosa se está pudriendo, la asfixia el dinero y las perversiones. El descontrol emocional y sexual se esconde en muchos más lugares de los que imaginamos. Y es que las apariencias disfrazan monstruos".



Todos estos espectros saldrán a escena. Mejor dicho, entrarán en un bar en el que un camarero y su cliente discutirán hasta altas horas de la madrugada. "La escribí para poder representarla en cualquier sitio, como en los mejores tiempos del teatro independiente. Sólo se requiere ginebra, martini, tabaco rubio, hielo, mucho hielo, imaginación, una luz que nos acaricie y una lluvia que nos devuelva a la realidad".



Otro de los espectáculos que abre Temporada Alta es Terra Baixa i Lluís Homar, una obra dirigida por Pau Miró en la que se realiza un homenaje al poeta y dramaturgo del siglo XIX Àngel Gimerà y en la que se abordan las pasiones humanas más turbulentas. Miró concentra en Homar la universalidad del escritor catalán.