Arturo Querejeta con la famosa "deuda" del Mercader. Foto: Chicho

La compañía Noviembre Teatro continúa su largo periplo por la obra de Shakespeare con El mercader de Venecia, que estrena el próximo 12 de noviembre en las Naves del Español bajo la dirección de Eduardo Vasco y la versión de Yolanda Pallín. Arturo Querejeta, Toni Agustí, Isabel Rodes, Francisco Rojas y Fernando Sendino encabezan un reparto que encarna la fuerza de la palabra del dramaturgo y que es capaz de transmitir la dimensión más profunda del ser humano. "Continuamos nuestra dedicación a Shakespeare -explica Vasco- representando la obra en la que Antonio, el mercader, sentencia acertadamente que el mundo parece un teatro en el que cada cual representa el papel que le ha tocado, y nosotros trataremos como siempre de hacer el nuestro de manera que finalmente este Mercader pertenezca también al público". Según confiesa a El Cultural el director, la compañía ha desarrollado un estilo propio, reconocible, que defiende una manera de hacer las cosas: "Es algo a lo que no queremos renunciar. Tratamos de hacer una lectura del texto desde el origen, aunque luego tomamos decisiones más personales. El mercader es una comedia romántica y queríamos que ocurriese en un ambiente veneciano, de época, para centrarnos en la historia".



Yolanda Pallín firma una versión de gran intensidad y fuerza en la que la usura es sólo un elemento más que mueve la acción: "Mercader viene de Mercurio que es el dios del comercio y de los ladrones. Después vendrán los cracks, las burbujas, las subprimes, las hipotecas basura, las preferentes, los desahucios: el tráfico de carnes fresca. No hace falta mencionarlos ni subrayar los paralelismos ni retorcerle el cuello al cisne, que ya es bastante hermoso y elocuente. Afortunadamente, Shakespeare reaparece para enseñarnos que nada es como nos han dicho". Abuso de poder, diferencias entre ley y justicia, el valor de las buenas iniciativas en un medio cruel, clemencia, compasión... Todo eso está, según Pallín, en este Mercader que se nos presenta como divertido y triste, trágico y risible pero que nunca pierde de vista el pulso de la naturaleza humana.



Shylock, el judío protagonista del texto shakesperiano, se ha convertido para Vasco en el icono de la función: "Habitualmente, cuando se representa, se suele centrar la historia en su figura. Pero el dramaturgo, originalmente, no tiene intención de hablar sólo del tema judío. Es, además, algo que tras la Segunda Guerra Mundial adquiere un cariz inexcusable y con el que el autor no podía contar. He tratado de que el equilibrio original entre los personajes se mantenga sin perder las referencias al problema del 'diferente' en la sociedad". Para Vasco, el bardo inglés no permite que ninguno de sus personajes esté en posesión de la verdad. Todos tienen virtudes y zonas erróneas. "Creo que en el famoso 'Si nos pincháis, no sangramos' Shylock hace una defensa muy lógica y hábil: equiparar la realidad con la situación existente".



Vasco no oculta su compromiso con esa realidad, que la pone en valor a través del tratamiento y la manera de contar una historia tamizada por su experiencia vital y profesional: "También en la dinámica, en las relaciones entre los actores y en nuestra complicidad con los espectadores. Son nuestras bazas. No hemos añadido en este Mercader ningún aderezo externo sofisticado, ni los actores van con escafandras... Estoy un poco harto de ciertos inventos en escena con la coartada de la actualidad. No me creo ni remotamente mejor que Shakespeare".



@ecolote