Lina Tur Bonet. Foto: Ana María G. Hernández
En los últimos años se ha hecho presente en el panorama musical español la violinista ibicenca Lina Tur Bonet, poseedora de una amplísima formación, concertino de los mejores conjuntos especializados en el barroco, solista en diversos foros, creadora de la agrupación Musica Alchemica y artista imaginativa en permanente búsqueda. La interpretación, al frente de su grupo, de las hoy ya famosas Sonatas del Rosario de Biber la ha hecho aún más conocida. Resultará curioso para muchos poder verla ahora, concretamente el día 30 de este mes, en pentagramas de estética muy alejada, pero que también domina, encuadrados en la órbita francesa de principios del siglo XX.De hecho, el concierto, que se anuncia dentro de la programación del Liceo de Cámara del CNDM en el Auditorio Nacional, lleva por título Aromas franceses. En él se incluyen seis composiciones para violín y piano, abiertas y cerradas por dos Sonatas fundamentales, la de Debussy y la n° 2 de Ravel. El impresionismo rampante, con aquél como cabeza de fila, y, en paralelo, las cristalinas propuestas del segundo, eran la base de un paisaje creador de una altura inmarcesible, que tuvo que empezar a cohabitar, antes de fenecer, con las nuevas y drásticas posturas que buscaban una mayor limpidez, una claridad solar de líneas, un dibujo más preciso de las armonías.
De ahí surgirían, por ejemplo, las propuestas de un Francis Poulenc, presente con su Sonata FP 119, de 1942/43, aunque es posible que se toque la versión revisada de 1949. Fue la gran y malograda violinista Ginette Neveu quien estrenó la Sonata de Poulenc el 21 de junio de 1943, una obra que nos queda más cercana al haber sido escrita a la memoria de García Lorca. Escuchamos la versión revisada de 1949. En el tercer movimiento, Presto trágico, casi gozoso y alegre al principio, adquiere un tinte de un dramatismo inesperado al final. Una velada alusión, según Hertha Gallego, al asesinato de García Lorca. "No se puede obtener un buen equilibrio entre el piano y el violín más que si se los trata con equidad, a partes iguales. El violín prima donna sobre arpegios del piano me produce náuseas", proclamaba el compositor.
En el programa aparece asimismo la Suite Children's corner de Debussy, que interpretará Josep María Colom, pianista colaborador y sustituto del previamente anunciado, más joven e igualmente valioso, que ha debido cancelar su participación, se nos dice, por cuestiones personales. El toque preciso y poético del instrumentista catalán va como anillo al dedo a esta y a las demás músicas programadas, que incluyen igualmente Thème et variations (1932) de Messiaen, obra breve y agradable en la que no se reconoce aún el estilo rompedor del músico, y el primer movimiento, L'Aurore, de la Sonata n° 5 para violín solo de Ysaÿe, titulada Pastorale y dedicada a Mathieu Crickboom, segundo violín del Cuarteto creado por el compositor belga. Música que anunciaba ya procedimientos practicados más tarde por Bartók.