Uno de los personajes de El hogar del monstruo

Fernando Marías, Vanessa Monfort y la compañía Hijos de Mary Shelley suben al escenario del María Guerrero El hogar del monstruo, un espectáculo en dos partes que pretende reflexionar sobre aquellas criaturas que se esconden de la luz y que solo habitan en nuestra imaginación.

La escena salda su deuda pendiente con el género fantástico en El hogar del monstruo, una "velada teatral" con textos de Espido Freire, Fernando Marías, Sanchis Sinisterra y Vanessa Monfort que pretende ser un homenaje a la reunión, en el verano de 1816, a orillas del lago Lemán, de Lord Byron, John Polidori y Percy y Mary Shelley, entre otros, en Villa Diodati. De aquel frío verano surgiría un clásico llamado Frankenstein o el moderno Prometeo.



Uno de los impulsores del proyecto, que se desarrollará entre el 21 de septiembre y el 9 de octubre en dos entregas, ha sido el escritor Fernando Marías. Además de ser el maestro de ceremonias y productor presenta El espectro de la estación de Atocha, una historia de terror protagonizada por Enrique Sánchez-Ramos que arranca en la guerra del Sidi Ifni. "Esa guerra -explica a El Cultural-, que como todos sabemos se ocultó a la opinión pública española allá por 1957, nunca ha sido, que yo sepa, escenario de terror, muerte y espectros. Sin embargo, acaba transformándose en una rara historia de amor".



Ternura hacia el monstruo

Marías considera que los relatos de terror siempre han estado de moda: "Lo nuestro es género fantástico con matices de terror. Este tipo de historias ha existido desde siempre". Además de los espectros del Sidi Ifni de Marías podrá verse Abril en Estambul, de Espido Freire, Dr. Darwin y Mr. Hyde, Sirena negra y El último valls de Mary Shelley, de Monfort, y La Criatura o ¿sabe el pez lo que es el agua?, de Sanchis Sinisterra. "Todos los relatos tienen en común una cierta ternura hacia el monstruo, una mirada de comprensión -resume el autor de La isla del padre-. ‘Soy malo porque sufro', decía la criatura del doctor Frankenstein. Esa podría ser la esencia. Por lo demás, son muy diferentes entre sí. Desde el monólogo de Sanchis, trágico y humorístico, hasta la brutal representación de Espido, que todavía no soy capaz de catalogar, solo sentir. Desde la poderosa revisión del mito de Hyde hasta los dos cortos musicales, uno por programa, a los que ha puesto música Luis Antonio Muñoz".



Caracterización de Fernando Marías como Maestro de Ceremonias. Foto: Asís G. Ayerbe

Vanessa Monfort ha optado por una puesta en escena basada, según Marías, en un minimalismo coherente: "Somos un humilde circo que lleva cuanto tiene dentro de un enorme y misterioso, tal vez también mágico y maldito, baúl que ha creado Pilar Quintana. Ese es todo nuestro despliegue".



La novelista y dramaturga reconoce haber apostado por un teatro al desnudo, despojado de efectismo y sustentado en la emoción y en la cuidadosa elección de sus materias primas (texto, interpretación, luz y sonido): "Todos los monstruos son hijos de su tiempo. Frankenstein lo fue de la revolución científica del XIX, Drácula del Romanticismo y quién sabe si los zombis surgieron de la sociedad de masas del XX. Si esto fuera así, ¿qué monstruos nos traería el XXI? Esa fue la pregunta que nos llevó a la compañía Hijos de Mary Shelley a reunirnos para inventar a las criaturas que poblarían nuestra era o para revisar monstruos antiguos y descubrir qué tenían que contarnos en nuestros días".



Para llegar a El hogar del monstruo y los Hijos de Mary Shelley ha habido un largo camino que ha durado varios años. En 2010, Montfort propone montar monólogos teatrales de género fantástico, gótico, romántico y de terror. Al principio, sólo será un complemento a una serie de actuaciones en ferias del libro y eventos literarios. La idea culminaría con la creación de una compañía cuyo primer espectáculo es el que ahora cristaliza en el CDN. Ahora, contabiliza Marías, integran Hijos de Mary Shelley casi 170 escritores y otros tantos artistas, una "familia numerosa" entregada a rescatar y continuar el legado de aquella mítica reunión junto al lago Lemán. Solo que ahora, en lugar de contar las historias en la chimenea lo harán arropados por el público.



@ecolote