Un momento de About Kazuo Ohno, de Takao Kawaguchi. Foto: Bozzo

Escenas do cambio se consolida como referente escénico local e internacional en su tercera edición que se celebrará entre el 28 de enero y el 15 de febrero en la Cidade da Cultura y varios espacios de Santiago de Compostela y que contará con 25 actuaciones de compañías llegadas de 10 países.

"El cambio, si es profundo, es lento". Es la opinión del director artístico de Escenas do Cambio, Pablo Fidalgo, que asegura que la transformación está en "la forma de programar y de pensar la escena". El festival gallego lleva impulsando este cambio desde su primera edición en 2015 gracias a la potenciación de formatos no convencionales, proyectos con la comunidad y "una estrategia de visibilización que hace que el trabajo escénico de Galicia se conozca fuera y viceversa".



Gracias a todo ello, el certamen ha ingresado en la red teatral The Time We Share, donde comparte espacio con citas similares de países europeos como Austria, Francia o Suecia. "Muchos son festivales en los que nos mirábamos y estar entre ellos indica que hay algo que estamos haciendo bien", asegura Fidalgo. Esta invitación combina a la perfección con la vocación internacionalista del festival, que aspira a abrir la escena gallega al mundo a través de una fuerte presencia internacional, 25 obras de 10 países, condensada este año en propuestas de Chile y Argentina.



Comienzan los espectáculos con una retrospectiva del dramaturgo bonaerense Federico León, que "ha llevado el teatro de texto, y la idea de representación hasta el límite", del que se presentarán las obras Yo en el futuro y Las ideas. Desde Chile viene Manuela Infante para presentar en première mundial, Conferencia a las plantas, donde explora la comunicación imposible entre seres humanos y vegetales. Y una de las apuestas fuertes será Muerte y reencarnación en un cowboy, en opinión de Fidalgo, una de las "obras míticas de la escena contemporánea y el punto más alto del trabajo de Rodrigo García".



El toque más internacional llega de mano de la danza con un ciclo sobre "La Argentina", bailarina renovadora de la danza española que influyó en el bailarín japonés Kazuo Ohno. "En esa estela presentamos About Kazuo Ohno, del japonés Takao Kawaguchi, The Return of La Argentina, del estadounidense Trajal Harrell, y el Proyecto Envoltura. "Un ciclo con piezas varios países pero con un hilo común. Esos son los proyectos que nos interesan", afirma el también dramaturgo.



Muerte y reencarnación en un cowboy. Foto: Christian Berthelot

Compostela, espacio escénico

Si el éxito en el extranjero ha sido importante, no lo ha sido menos la incidencia del festival a nivel local. Otro de los pilares de Escenas do Cambio es aglutinar y renovar la escena contemporánea gallega, por lo que en esta edición tiene especial peso para Fidalgo, "la celebración del 30 aniversario de dos compañías clásicas que apostaron por el festival desde sus inicios, Chévere y Matarile". Chévere propone un paseo por Santiago, titulado Cheverografías, mientras que Matarile, invita a personas próximas a la compañía, pero no actores, a presentar un work in progress titulado Antes de la metralla.



Aunque hablando de Galicia, la clave de la edición es recuperar la interactuación con el público y el espacio, por lo que el festival se desmarca de sus entornos habituales a los que suma varios espacios santiagueses como la estación de tren, con A veces creo que te veo de Mariano Pensotti; la Iglesia de Bonaval, donde la artista plástica Loreto Martínez Troncoso presentará una pieza musical site specific; u otros lugares de la Cidade da Cultura como la biblioteca con The Quiet Volume, la pieza de Ant Hampton y Tim Etchells; o la planta 1 del museo, donde se presentará Perhaps all the dragons, una instalación del colectivo BERLIN. "Una experiencia colectiva, que cuestiona la idea de los seis grados de separación entre las personas y uno de los trabajos más impresionantes que he visto en mi vida", reconoce el director.



Estas son algunas de las propuestas que, unidas a charlas, conferencias y talleres, convertirán durante dos semanas a Santiago en capital del teatro gallego gracias a un festival que busca "construir un nuevo teatro para un nuevo país". Y que también exige un punto más del público asistente, pues como asegura Fidalgo "el espectador ideal es el que entiende una programación como un todo, como una visión del mundo compleja, política, alguien que nos acompaña desde el principio hasta el final del festival".