Actrices de la compañía Prima de Riesgo

"Matrioskas es una comedia que retrata el día a día de unas actrices en paro en un marco ficcional que alude a los cómicos de Hamlet. Pensé que probablemente ellas serían la representación actual de los cómicos encerrados en el castillo de Elsinore", explica el dramaturgo Ernesto Caballero, a quién la idea de la obra se le ocurrió mientras colaboraba en los laboratorios escénicos que organiza la compañía Primas de Riesgo, cuyas actrices protagonizan el montaje. Sobre el paralelismo con el drama shakespeariano, el reciente premio Valle-Inclán explica que "en las grandes obras, los lances o personajes secundarios dan mucho juego. Cualquier figura invita a un spin-off. Además, el no cierre del texto suscita muchas preguntas, algunas de ellas muy prosaicas como por ejemplo: ¿Qué pasaría con los cómicos de Elsinore, mientras se mataba allí toda la corte? ¿Habrían cobrado su caché?", se pregunta.



Matrioskas , cuya dirección corre a cargo de Karina Garantivá, que para el dramaturgo "hace gala de una gran inteligencia escénica que concilia con una extraordinaria capacidad para trabajar con los intérpretes", narra la historia de cinco actrices presas de la marginación laboral que son contratadas a través de una web por unos magnates rusos para hacer una comedia con bailes y canciones ligeras, espectáculo especialmente diseñado para el gusto de sus nuevos clientes. Una trama que puede parecer en principio algo ajeno y extraño, pero que a entender de Caballero no es tan descabellado que ocurra en la realidad. "Se trata de una parábola en la que se invita al espectador a imaginar situaciones en principio alejadas de la realidad. Ahora bien, existe un submundo en el showbisness que no está tan alejado del bolo killer como éste que nuestras matrioskas se ven obligadas a llevar a cabo".



Sin un céntimo en el bolsillo, ni oportunidades de trabajo en el futuro, la compañía se embarca en este bolo aparentemente sencillo y extremadamente rentable. En principio, claro. Y es que Caballero plantea el texto como un homenaje al oficio del actor en estos tiempos convulsos donde la remuneración por el trabajo realizado se puede convertir en un riesgo. "Me remito al informe que publicó la AISGE y que todavía no he terminado de digerir. Afortunadamente, de todo se puede prescindir en una representación, excepto del público y de los actores, así que es natural que ellos y ellas se lancen a buscar por sí mismos la posibilidad de tener ese diálogo", asegura el director.



Sin embargo, la realidad de las protagonistas dará un giro inesperado al verse sumergidas en una tragedia propia del mismo William Shakespeare. "Es un guiñó a la catástrofe del final hamletiano, pero al final todo vuelve a la normalidad, lo cual no sé en qué género se inscribe", explica misteriosamente el autor sin querer explayarse. Más allá de la mera precariedad del trabajo de actor, la obra también saca a la palestra el tema de la discriminación laboral hacia las mujeres, especialmente si son madres o ya tiene unos años, que es denunciado recurrentemente por muchas actrices de cualquier medio. "Realmente esta descompensada la relación entre el talento, excelencia y capacidad de nuestras actrices con las oportunidades que el medio les ofrece. Seguimos siendo deudores de una dramaturgia fundamentalmente patriarcal", opina Caballero.



Por ello, las cinco actrices, Nanda Abella, Sandra Gade, Noemí Martínez, Cristina Palomo y Maribel Vitar, son además las productoras de la obra, en el marco del Laboratorio Primas de Riesgo, compañía que ha decidido pasar por alto los tópicos y plantarle cara a esta realidad laboral femenina a través de la producción colectiva, un sistema de gestión utilizado desde hace muchos años en el teatro independiente. Una producción colectiva y un concepto de compañía, de troupe, que ya no es común en el teatro. "No sólo en el teatro, sino en el resto de ámbitos, avanzamos hacia un feroz individualismo", precisa Caballero. "Se responsabiliza a cada ser humano de ser empleable o no en función de su capacidad de satisfacer unas demandas que tampoco están del todo claras. Creo que el mercado laboral está atomizando y deshumanizando; el teatro, entendido a la manera que plantea Primas de Riesgo, es un foco de resistencia", remacha el director.