Dos niñas y un samurái, algunos de los personajes de 4. Foto: Marc Ginot

El Festival de Otoño a Primavera vuelve a contar con un montaje del director Rodrigo García, que desembarca con 4, un impactante artefacto realizado con la Humain trop humain-CDN Montpellier, institución que dejará a principios de 2018 para volver a trabajar en nuestro país.

La nueva obra de Rodrigo García, 4, es un reflejo de su estado creativo, un estado que le tiene atrincherado con éxito en el nietzschiano Human trop humain-CDN de Montpellier desde 2014. El montaje, que podrá verse a patir del 1 de junio en el Festival de Otoño a Primavera, tiene una puesta en escena fragmentada, compendio, según declara García a El Cultural, de sus "limitaciones", en la que se mezclan vídeo y acciones performativas. La diferencia con Daisy, montaje que pudo verse también en el certamen de 2015, está en la literatura. En 4, aclara el director, "el texto es menos narrativo, más abstracto".



Siguiendo con la conexión literaria cabe decir que la obra que estará en la Sala Verde de los Teatros del Canal es como un libro que solo existe en la interpretación de cada espectador. "La Divina Comedia, como libro, ¿existe? No. Existe la lectura de La Divina Comedia y la memoria que todas las lecturas que se han hecho durante siglos del texto de Dante". Para Rodrigo García, una obra de teatro también es víctima del mismo mecanismo, no existe hasta que cada espectador decide qué es lo que la obra le cuenta.



Los cuatro actores que dan título al montaje -Gonzalo Cunill, Núria Lloansi, Juan Loriente y Juan Navarro, a los que habría que añadir dos niñas- se enfrentan a una historia que acumula cascabeles, cabezas de coyote, movimientos con ropa enjabonada, tocadiscos con la Sinfonía n°4 de Beethoven, gallos campando a sus anchas, gusanos atrapados por plantas carnívoras, un samurái, tenis contra una pintura de Courbet, dibujos animados, reflexiones sobre el doggy style, luces de estadio de fútbol y drones que llevan a la ciudad ensoñaciones en forma de música de campanas... Rodrigo García toma como referencia ExistenZ, el filme de David Cronenmberg, para realizar algunas reflexiones sobre la filosofía de la obra.



"Hay un momento en la película -recuerda- en el que los protagonistas se lían a tiros contra la gente y se declaran abiertamente ‘enemigos de la realidad'. Lo hacen porque es un filme sobre realidad virtual y videojuegos, pero yo lo tomé en sentido más amplio, más poético y profético. Me gusta ser también un enemigo de la realidad. ¿Qué es esa realidad? ¿Parejas homosexuales con hijos y mascotas intentando pactar el divorcio sin perder calidad de vida? ¿La educación de los niños, que les quita su individualidad, su chispa, para masificarlos? Si esa es la realidad, el arte puede ser su enemigo, puede esmerarse en crear otra realidad. Por eso ahora pienso en el escritor de ciencia-ficción James Ballard... Es de suponer que para cada artista un proceso de creación es algo que tiene sus reglas particulares, algunos las heredan, otros nos las inventamos. En mi caso, son tan claras que describirlas es una tarea menor. ¿Cómo describirías algo tan familiar como respirar? Lo sustancial está en lo subyacente". John Romao (ayudante de dirección) y Daniel Romero (creación sonora y numérica) son los nombres en los que Rodrigo García se apoya para este 4 que da los últimos coletazos del Festival de Otoño a Primavera. El autor de Muerte y reencarnación en un cowboy mira atrás y siente que sus propuestas no han cambiado sustancialmente en los últimos 30 años: "Sigo siendo un tipo que busca, que no conoce su profesión, que no conoce el oficio, que hace las obras con una ingenuidad absoluta y que trata de cambiar no por el público sino por no aburrirse".



Falta de medios

García considera que su labor en Humain trop humain de Montpellier está en las antípodas del trabajo artístico: "Uno se vuelve esquizofrénico necesariamente. La creación se fundamenta en la estricta soledad, mientras que la dirección de un teatro es algo eminentemente social". El director nos anuncia su salida del CDN de Montpellier en enero de 2018, fecha en la que acaba su contrato. "Querían que siguiese pero no me han garantizado más medios. No puedo seguir en un lugar donde los medios no coinciden con la dimensión del proyecto. Vuelvo a España, a seguir como antes, con mi compañía. En la decisión hay también importantes razones personales".



@ecolote